Ni la concentración con la que comenzó la jornada revindicativa en plaza de España, convocada por los sindicatos UGT y CC OO, ni la de la plaza de Cort, con su ambiente festivo y el apoyo explícito de la profesión periodística, pudieron competir con la marcha estudiantil. Una marcha que arrancando desde la plaza del Tubo recorrió las principales arterias de la ciudad sacudiendo a la sociedad mallorquina con sus consignas valientes y reivindicativas y consiguiendo hacer temblar a un patriarcado que ayer constató que las generaciones futuras no están dispuestas a consentir que las cosas sigan como hasta ahora.

El día comenzó de forma tímida con una concentración en la plaza de España convocada por las centrales sindicales mayoritarias a la que apenas se sumaron unos centenares de personas que partieron poco después hacia Cort, donde más tarde volverían a ondear sus banderas al viento para hacerse notar.

En la plaza del Ayuntamiento el Movimiento Feminista de Mallorca ya había tomado posesión del lugar y, alternándose el micrófono, las locutoras lanzaban consignas que eran jaleadas por una multitud de personas, mayoritariamente mujeres, que no paraba de crecer.

Más dos mil personas llegaron a congregarse en la céntrica plaza de Cort mientras centenares más colapsaban las calles aledañas. Políticos de izquierda copaban las primeras filas demostrando su apoyo a añejas reivindicaciones nunca atendidas. Como que el trabajo doméstico y los cuidados a las personas dependientes se reparta de manera equitativa entre hombres y mujeres. O el fomento de un comercio de proximidad más cercano y humano frente a las grandes superficies. Un comercio, proclamaron con valentía las locutoras, de corte feminista.

Laica, pública y feminista

Pero la consigna que arrancó más aplausos y adhesión de las mujeres congregadas fue la reclamación de una formación que no margine las preferencias afectivas y sexuales diversas y de una "educación laica, pública y feminista que no invisibilice la participación de las mujeres en la historia".

" ¡Visca la lluita de les dones!, ¡Visca, visca, la lluita feminista!corearon las concentradas que, conscientes de su fuerza, proclamaron a continuación que "hoy haremos temblar al patriarcado".

Mientras las periodistas ocupaban su lugar para leer su manifiesto (ver información bajo estas líneas), en Cort ya se echaba de menos a los estudiantes, a los que creían ya próximos.

Sin embargo, no llegaron a confluir por la fuerza de la marcha juvenil, una marcha que congregó a no menos de cinco mil jóvenes de ambos sexos que partió de la plaza del Tubo con una fuerza irresistible y que recorrió las avingudes hasta plaza de España, colapsó la calle Oms, continuó por la Rambla y se diseminó por las principales calles del centro hasta la delegación de Gobierno.

Profesoras que se habían sumado a la huelga feminista jaleadas por sus alumnas, chicas mostrando sus pechos, al más puro estilo Femen, para no dejar indiferente a nadie y consignas, muchas consignas. Lúcidas, imaginativas y contundentes del tenor de " No es un caso aislado, se llama patriarcado", " No son muertas, son asesinadas", " No veas putas donde solo hay mujeres libres", o " Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie".

Unas reivindicaciones que no dejaban indiferentes a las personas que jalonaban el recorrido de una marcha espontánea, sin sindicatos ni partidos políticos detrás, una marcha organizada por estudiantas a la que se sumaron muchos compañeros solidarios para demostrar a sus mayores que otro mundo es posible.