Las personas que ejercen el periodismo son periodistas, así, en femenino. Por ello no es extraño que ayer decenas de profesionales de la comunicación se sumaran y apoyaran la huelga general feminista con la lectura de una manifiesto en Cort en el que denunciaron que "un 43% de las periodistas han padecido acoso laboral y 18 han denunciado haber sido víctimas de acoso sexual en el trabajo".

Una lacra esta última que, aseguran, muchas de ellas han sufrido por parte de compañeros, superiores jerárquicos e incluso por parte de sus fuentes informativas.

Pero los acosos son solo la punta del iceberg de otras facetas de un machismo que dicen padecer al igual que las mujeres de otros sectores. Como la brecha salarial que se ha constatado en una encuesta realizada por el Sindicat de Periodistes de Balears (SPIB) que ha demostrado que las pagas extras que reciben los hombres suponen un 48% del total frente al 40% que cobran las mujeres.

O el techo de cristal demostrado en la acaparación de los puestos directivos en los medios de comunicación por parte de los hombres. O el padecimiento de niveles de precariedad laboral superiores a sus compañeros masculinos con un 8% más de contratos temporales.

O la ausencia de una política de conciliación real por parte de las empresas que, en la práctica, afecta más a las mujeres obligándolas, en el mejor de los casos, a reducir sus jornadas para cuidar de los hijos. Y en el peor, a dejar de trabajar o a cambiar de profesión.

O la escasa presencia de mujeres en los espacios de opinión y en las tertulias pese a que existen profesionales expertas en las temáticas tratadas que podrían aportar otro enfoque.

Todas estas diferencias, concluía el comunicado leído por dos periodistas de IB3 y una responsable de comunicación de Més, tienen consecuencias en los contenidos que se ofrecen a los lectores, oyentes o telespectadores.

Unos contenidos que a menudo dan visiones sesgadas o directamente tergiversadas y donde las mujeres suelen ser tratadas como personajes secundarios y estereotipados. Por todos estos motivos, las periodistas concluyeron que "el feminismo también es necesario para mejorar el periodismo".