Más de un centenar de obras de las islas van a ser controladas a lo largo de un mes por inspectores de trabajo y técnicos de la Conselleria con el fin de detectar posibles deficiencias en materia de seguridad y frenar así el aumento de los accidentes laborales que se viene detectando en Balears, según anunció ayer el conseller del ramo, Iago Negueruela.
Además, el representante del Ejecutivo autonómico señaló que se va a reforzar de nuevo la plantilla de técnicos de su departamento en materia de salud laboral, hasta situarla en 33 personas, la cifra más alta que se ha dado hasta ahora.
La alarma que se está generando en torno a este tema corre paralela a la polémica que ha abierto, y durante el día de ayer se produjo un cruce de acusaciones entre Govern, sindicatos y patronales respecto a las responsabilidades de cada parte en esta materia.
El conseller lamentó el lunes, durante la presentación de los datos de siniestralidad de 2017, el número y características de los accidentes laborales que se están dando en la construcción, y señaló entre los responsables a las empresas del sector y especialmente a los promotores.
El presidente de la patronal balear que agrupa a este último colectivo, Luis Martín, no ocultó ayer el malestar que las palabras del representante del Govern han generado en su sector y lo calificó de "demagogo". Martín subrayó que la legislación otorga al promotor una responsabilidad limitada en esta materia, que pasa por la contratación de un coordinador en materia de salud laboral que fija las medidas necesarias para garantizar la seguridad en las obras. "Un promotor discute sobre el coste de los materiales, pero jamás lo hace respecto a la seguridad", afirmó.
Por su parte, el presidente de la asociación de constructores de las islas, Eduardo López, achacó el aumento de los accidentes a un cúmulo de circunstancias como es el incremento de la actividad que se está dando en el sector.
Pero un factor apuntado tanto por Martín como por López es que durante la crisis se han destruido muchos equipos de trabajadores muy cualificados, y que ahora se tiene que recurrir a la contratación de personas con menor experiencia y cualificación, lo que favorece los accidentes. Y a este respecto, ambos representantes empresariales recordaron que se lleva mucho tiempo pidiendo al Govern que incluya un módulo de Formación Profesional sobre construcción, sin que hasta ahora esa demanda haya sido atendida.
El responsable de Construcción en UGT-Balears, Roberto Serrano, coincidió en esa falta de personal cualificado que actualmente se registra y apoyó la demanda de que haya cursos sobre esta actividad en la Formación Profesional, pero subrayó que la responsabilidad de formar a los trajabadores en materia de seguridad es de los empresarios. Además, indicó que aunque existe un elevado cumplimiento a la hora de dotar a los asalariados de las medidas de seguridad individuales (como casco o botas), éste desaparece en muchas empresas constructoras cuando se habla de medidas de prevención colectivas, como la instalación de barreras para evitar caídas desde elevadas alturas.
Serrano denunció que muchos trabajadores cualificados que abandonaron la actividad constructora durante la crisis se encuentran ahora contratados en el sector turístico, y denunció que éstos no retornan a su actividad por las malas condiciones que se les ofrecen.
Un aspecto sobre el que el conseller Negueruela hizo hincapié el pasado lunes es que la mayoría de los accidentes graves que se han dado en la construcción balear han tenido lugar en empresas con sede en las islas. Según los datos a los que ha tenido acceso Diario de Mallorca, de los 106 accidentes graves, muy graves y mortales que tuvieron lugar el pasado año, 76 corresponden al sector de la construcción, y de éstos solo "tres o cuatro" han ocurrido en empresas llegadas desde otros puntos del país.
