El conseller de Medio Ambiente del Govern, Vicenç Vidal, garantizó ayer la "completa libertad" de los agentes de su departamento a la hora de abordar una inspección a un campo de golf.Es más, aseguró que "desde el 3 de abril de 2017 se han enviado a la Fiscalía todas las denuncias que los agentes de medio ambiente han remitido a la secretaría general como presuntos delitos ambientales". Vidal recalcó que "todos los expedientes se están tramitando. Me gustaría dejarlo muy claro porque además están impulsados por este conseller", subrayó.

Vidal indicó que esta legislatura se ha derogado la normativa que impedía a los agentes medioambientales llevar directamente a la Fiscalía posibles irregularidades, obligándoles a consultar primero al conseller de turno o a algún alto cargo.

La orden actual obliga a tramitar las denuncias por presuntos delitos medioambientales "al funcionario que coordine los procedimientos de la Secretaría General". Solo en "supuestos excepcionales" el agente puede tramitar directamente la denuncia ante la Fiscalía o el juzgado. Pero incluso así, el inspector tiene que comunicarlo "previamente a la responsable del Servicio de Agentes de Medio Ambiente".

En todo caso, Vidal insistió en la "libertad para ir directamente a Fiscalía" de los agentes. "La instrucción de [Biel] Company no permitía este hecho. Si un agente de Medio Ambiente hubiera considerado estos hechos suficientemente graves podría haber ido a Fiscalía directamente y sin que yo lo supiese", indicó.

El conseller de Més justificó la lentitud de tramitación de los expedientes, algunos de los cuales se abrieron en 2016: "La campaña de lucha contra los grandes consumidores de agua empieza ese año. Hay que demostrar un daño a un dominio público y eso no se puede hacer en dos días. Hay que levantar un acta, se abre una investigación, ellos mismos piden informes a otros servicios... Son los instructores y agradecería que no se criminalizara su trabajo. Están investigando, no solo estos seis expedientes, sino otro conjunto de campos de golf", desveló Vidal.

Tarea compleja

"Demostrar que un acuífero se ha visto afectado por una actividad es muy difícil. Hay un esfuerzo humano en estas campañas, son multitud de expedientes y cifras muy importantes. A veces los promotores pueden aportar pruebas. Después hay una propuesta de sanción y un plazo para presentar recursos. Por tanto, no se terminarán rápido", advirtió Vidal.

Sin trabajo por Abel Matutes

El conseller negó haber presionado alguna vez a agentes medioambientales para que no inspeccionaran un campo de golf. "Todo lo contrario. Y si alguien lo afirma, tendremos un conflicto grave. Tienen completa libertad. Yo como técnico informé en su día desfavorablemente de un campo de golf de Abel Matutes en Eivissa. Por este hecho no tuve trabajo durante muchos años en Eivissa y por tanto me ofenden las dudas sobre mi persona. Como director general paré el campo de golf de Son Bosch con unas medidas cautelares que me llevaron ante la justicia. Por tanto me ofende que cualquiera dude sobre mi actitud acerca de los campos de golf", destacó el conseller.