La mitad de los internos en el centro de menores de es Pinaret son mayores de 18 años. Lo que parece una incongruencia es la realidad de la instalación en la que cumplen medidas judiciales un total de medio centenar de jóvenes conflictivos: chicos de hasta 22 años y con un largo historial de delitos con adolescentes de 14 y 15 años. Lo que en su día era excepcional se ha convertido ahora en el día a día de un centro en el que el trabajo de los educadores es cada día más difícil por el perfil de unos internos no sólo de más edad, sino también más violentos.

La ley de Responsabilidad Penal del Menor del año 2000 no sólo adelantó la edad penal a los 14 años, sino que también dejó en manos de los jueces si jóvenes de 18 a 21 años debían cumplir su pena en cárceles de adultos o en centros de internamiento de menores. Según datos ofrecidos por la Conselleria de Servicios Sociales, de los 152 internos varones que pasaron por los centros de Es Pinaret y es Mussol el año pasado, un 41 por ciento de ellos, 62 jóvenes, eran mayores de 18 años.

Sin embargo, por el tipo de medidas impuestas, la mayoría de estos se concentraron entre los 122 internos que pasaron por es Pinaret, representando para este centro más del cincuenta por ciento.

Si bien cerca de la mitad de estos, 29, tenían 18 años; también pasaron dieciocho de 19 años, doce de 20, dos de 21 y uno de 22.

El cambio de perfil que se ha ido produciendo, especialmente, en la última década, y que culmina con los mayores de edad superando la mitad de los internos, también se traduce en unos jóvenes más violentos. Mientras que antes el grueso de los chicos cumplía medidas judiciales por robos o hurtos, ahora el 62 por ciento lo hacen por delitos con violencia: tanto de agresiones en el ámbito familiar como atracos con fuerza. Según explican desde la Conselleria, los jóvenes internos en Es Pinaret no sólo cumplen por "delitos más graves" sino que, además, también son "más reincidentes".

"Hay que hacer una reflexión sobre esta realidad", defiende la consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago, que señala que la convivencia de los mayores de edad "perjudica a los más jóvenes, que son los que tienen más capacidad de cambio". "Nuestra apuesta es invertir más en prevención, si no luego es tarde", señala.

Un 7%, agresores sexuales

Más allá, otro 12 por ciento de los internos durante 2017 cumplían medidas judiciales por delitos relacionados con el trapicheo de drogas. De hecho, otro de los problemas que ha aumentado la conflictividad en este centro es, precisamente, el consumo de estupefacientes, principalmente drogas sintéticas, por parte de los jóvenes, lo que ha obligado a extremar la vigilancia en las entradas de los internos en régimen semiabierto para evitar el acceso de estas sustancias en el centro de menores.

Finalmente, un 7,26 por ciento de los internos cumplían medidas por agresiones sexuales. De hecho, esta ha sido la principal razón para trasladar a las chicas de Es Pinaret -minoritarias entre los internos- al centro de Es Fusteret. La conselleria llegó a detectar casos de chicas víctimas de una agresión sexual y que a su vez debían cumplir con una medida privativa de libertad por haber cometido un delito, y que al llegar a es Pinaret se encontraban con su agresor.