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Caso Cursach

La Policía dice que Carbonell salvó a Cursach de pagar multas de BCM

Un informe implica a la exdirectora general de Turismo con unas sanciones del año 2002 por repartir publicidad de la discoteca

Carbonell negó ante el juez que hubiera favorecido los intereses de Cursach. g. bosch

La Policía vuelve a implicar en la trama Cursach a la exdirectora general de Turismo, Pilar Carbonell, que se vio obligada a dimitir de su cargo ante las sospechas de que desde su cargo en la conselleria favoreció los intereses del empresario investigado por corrupción. Un nuevo informe elaborado por el Grupo de Blanqueo, entregado al juzgado de instrucción número 12, señala que Carbonell era el enlace que utilizaba la empresa de ocio para que las multas que se imponían a los tiqueteros de la discoteca BCM,en Calvià, por repartir publicidad en un horario no permitido, no se llegaran a abonar nunca, es decir, para que se extraviaran.

Esta conclusión policial, que podría obligar a Carbonell a volver a declarar ante el juezvolver a declarar ante el juez, se basa en unos documentos que se hallaron en la discoteca de Magaluf en el registro que se realizó hace ahora un año. Dentro de un cajón aparecieron fotocopias de sanciones impuestas a repartidores de publicidad de la discoteca BCM que datan del año 2002. En todos estos documentos aparecían escrito a mano, con tinta azul, la palabra "Pilar de comercio". En ese año, según han podido constatar los investigadores, Carbonell ocupaba un alto cargo en el área de comercio en el Ayuntamiento dirigido por Margarita Nájera.

Sobre estos documentos la Policía inició dos líneas de investigación. La primera era determinar si estas sanciones, impuestas por la Policía Local siempre por el mismo concepto, llegaron en algún momento a abonarse, o al contrario, el Grupo Cursach no las llegó a pagar nunca, como ya se ha venido denunciando en varios informes policiales. Y, por otra parte, también se intentó aclarar quién era la citada Pilar de Comercio. Para determinar ambas informaciones se solicitó, por orden del juzgado, la colaboración del propio Ayuntamiento de Calvià.

El Consistorio ha seguido el rastro de todas estas sanciones que indicaba la Policía, en las que figura la fecha de la multa, el día que se tramitan, la fecha de la notificación y, lo más importante, se concluye que finalmente terminaron sin resolución. Es decir, son sanciones que no llegaron a pagarse nunca, a pesar de que la Policía constató en numerosas ocasiones que los trabajadores de BMC repartían publicidad de la discoteca en horas que no podían hacerlo. El Ayuntamiento también ha confirmado que la empresa jamás presentó alegaciones contra estas sanciones, como si hacían otros negocios que eran multados por el mismo concepto.

Con respecto al nombre que aparece señalado en las multas, la Policía indica que se trata de una mujer, que era utilizada por el empresario Cursach para no tener que pagar las sanciones, con el correspondiente ahorro económico que ello suponía. Por ello, el Grupo de Blanqueo solicitó al Ayuntamiento que informara qué empleado municipal, en el año 2002, trabajaba en el departamento que tramitaba estas sanciones que respondía al nombre de Pilar. El Consistorio ha respondido que, aunque no figura en sus bases de datos ninguna funcionaria con este nombre que tuviese asignadas funciones directas en la tramitación de sanciones, la única persona que respondía a este perfil era Pilar Carbonell. En esa época la que fue después directora general de Turismo ocupaba un alto cargo de responsabilidad en la llamada Unidad de Desarrollo Económico de Calvià. Esta unidad, según se especifica en la investigación policial, se encargaba de las áreas de transporte, turismo, oficinas de turismo y comercio. Era el departamento que se encargaba de la tramitación, para su posterior cobro, de las sanciones que la Policía Local imponía a las empresas que no respetaban las normas sobre reparto de publicidad. Además, la Policía añade otro dato que añade otra sospecha más al caso. Se ha comprobado que en aquella época el responsable de esta área era Jaime Nadal, exalto cargo de Calvià, que también fue detenido por favorecer los intereses de Cursach, al evitar que el Ayuntamiento actuara contra la discoteca BCM. En estos momentos el negocio está cerrado por las graves irregularidades que presenta.

En otras sanciones localizadas también aparece escrito el nombre de Cristina, que ya ha sido identificada por la Policía.

El que fuera director de la discoteca en el año 2002, al ser preguntado por la Policía, dijo que no recordaba estos documentos, si bien señaló que siempre cumplió las órdenes que le marcaba Bartolomé Sbert, el alto ejecutivo del Grupo Cursach.

Este periódico intentó ayer contactar por teléfono, aunque sin conseguirlo, con Pilar Carbonell para conocer su opinión sobre este nuevo informe policial.

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