El servicio de seguridad alimentaria no quiere facilitar muchos detalles sobre la forma de actuar de las empresas que se dedicarían a manipular y revender alimentos próximos a caducar para no ponerles sobre aviso, pero desde este departamento aseguran que no se trata de "una práctica aislada" en las islas. "No podemos dar muchos detalles porque en estos momentos tenemos otros expedientes abiertos por esta causa y entre ellos se comunican para eludir nuestras inspecciones", revela Margalida Buades, la jefa de seguridad alimentaria.

Sobre la presunta manipulación realizada en la empresa Miguel Socias Soler S.L. de Inca revelada hoy por este diario, Buades concreta que el inspector que descubrió las presuntas prácticas irregulares encontró un producto que le pareció sospechoso en un establecimiento de Palma. Así que preguntó qué empresa se lo había distribuido.

Una vez que conoció el origen del mismo, se personó en la nave industrial del polígono Can Matzarí en un horario no habitual para este tipo de inspecciones y sorprendió 'in fraganti' a operarios manipulando alimentos que estarían próximos a caducar, según el relato de los hechos facilitado por la jefa del departamento.

"Si nos lo cogemos ´in fraganti´ o con la etiqueta manipulada, es una práctica que es muy difícil de detectar y de atajar", admite Buades.