Los cinco jóvenes vinculados al movimiento independentista catalán, feminista y de izquierdas Arran que fueron condenados, a finales de 2017, a un año de cárcel por el Tribunal Supremo por interrumpir, hace ahora cuatro años, una misa en la iglesia de Sant Miquel de Palma para pedir el aborto libre han solicitado a la Audiencia de Palma que deje en suspenso la pena.

Los cinco simpatizantes de Arran, defendidos por Josep de Luis, no quieren ingresar en prisión y por eso han solicitado que se deje en suspenso la pena de un año de privación de libertad. La Audiencia de Palma les impuso en octubre del 2016 la misma pena por un delito contra la libertad religiosa. El Supremo confirmó esa sentencia el pasado diciembre.

En la causa está personado como acusación particular el Obispado, que inicialmente pedía una pena de cuatro años de cárcel para los manifestantes, pero que después trató de zanjar el asunto si los militantes de Arran admitían que habían cometido un error con su acción y pedían disculpas.

Los acusados no quisieron dar su brazo a torcer y mantuvieron en todo momento que actuaron en el ejercicio de su libertad de expresión, algo que fue rechazado por las dos instancias judiciales.

Las penas de un año de prisión suelen ser dejadas en suspenso siempre que no se trate de delincuentes habituales o haya otros motivos que fuercen a su cumplimiento.

Una de las condenadas está ahora investigada por otra protesta de Arran contra el turismo de masas en el Moll de la Lonja de Palma.