La hija de Marga es diabética desde los 3 años. Ahora cursa primero de Bachillerato y se pincha el dedo para tener controlada su enfermedad entre 10 y 11 veces al día. Por eso su madre reclama a la Administración que le facilite el nuevo medidor que le permitiría realizarse todas las mediciones necesarias para controlar su glucemia y que, además, resultaría más barato. "El problema es que un parche sensor para 15 días cuesta 60 euros, 120 al mes. Y mi marido está en el paro", lamenta.