Una de las doce personas vinculadas a la organización independentista y feminista Arran imputadas por una acción contra el turismo de masas en Balears, un acto que investiga el juzgado de instrucción 2 de Palma, ya fue condenada, en octubre de 2016, a un año de cárcel por interrumpir una misa en la iglesia de Sant Miquel para pedir el aborto libre. De forma paralela, solo dos de los doce encausados por el acto del Port de Palma admiten haber participado en esa acción, según fuentes próximas a Arran.

Los doce jóvenes están acusados de los presuntos delitos de desórdenes públicos, amenazas y daños y tendrán que prestar declaración entre el 9 y el 13 del mes próximo.

La Audiencia de Palma condenó, en una sentencia recientemente ratificada por el Tribunal Supremo, a cinco jóvenes próximos a Arran por un delito contra la libertad religiosa a un año de cárcel por irrumpir a gritos en la iglesia de Sant Miquel cuando se celebraba una misa. Una de estas personas condenadas ha sido identificada ahora por un testigo de la protesta contra la masificación turística que se llevó a cabo en la tarde del pasado 22 de julio, en el Moll de La Lonja de Palma.

La Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional ha identificado a 12 de los aproximadamente 40 manifestantes gracias a testigos y a un vídeo colgado por Arran en internet. Dos de los encausados son una pareja que días después de la concentración dio la versión de la organización ante los medios de comunicación.

Cinco de los doce citados alegan que el 22 de julio no estaban en Mallorca y por lo tanto es imposible que asistieran a la concentración. Otros cinco argumentan que no participaron en el acto, que fue tildado de turismofobia en medios políticos, empresariales y periodísticos.

De los doce imputados el único que sí está claro que participó en la acción fue un joven que fue identificado por la Policía tras acabar la protesta y cuando el grupo de manifestantes ya se había dispersado.

Este militante de Arran reconoció ser el responsable del acto y como tal figura en el atestado policial.

Daños en la comida

Según los responsables de un restaurante situado en el Moll de la Lonja, algunos de los manifestantes, que llevaban el rostro cubierto con máscaras, irrumpieron en la terraza del local y lanzaron botes de humo y confetis. El humo y el papel cayó en platos y bebidas de los comensales, que tuvieron que ser retirados y cambiados por otros.

Arran, por el contrario, sostiene que la acción fue pacífica y que no se causó daños materiales y humanos.

La organización enmarcó la manifestación en una campaña en contra de las disfunciones causadas por el turismo en el medio ambiente, el derecho a una vivienda digna y en los bajos salarios provocados por la masificación turística en las islas y en Cataluña.