Tres años y dos meses de prisión es la pena que deberá cumplir el ciudadano rumano, Florian Bogda Puscasiu, por agredir a uno de los testigos protegidos del caso Cursach, propinándole una paliza en el garaje de su domicilio. La juez del juzgado de lo Penal número 6 de Palma le ha declarado culpable de los delitos contra la administración de justicia y lesiones y, además de la pena de reclusión, también ordena que indemnice a la víctima, que todavía continúa de baja médica como consecuencia de esta agresión. Esta sentencia no es firme y puede ser recurrida ante la Audiencia.

La juez se pronuncia sobre el caso que tanta polémica generó contra los investigadores del caso Cursach y que fue el motivo por el que se presentó una querella ante el TSJB, que fue inadmitiva, contra el juez Penalva y el fiscal Subirán, en la que se incluía una grabación clandestina del interrogatorio realizado por el magistrado a varios testigos de la defensa, todos ellos ciudadanos rumanos. El juez consideró que estos testigos estaban mintiendo.

Precisamente, en este juicio la principal prueba de la defensa se basó en el testimonio de estas tres personas, que vivían con el acusado en el mismo domicilio, que afirmaban que el día de los hechos estuvieron con él, por lo que era imposible que fuera el autor de la agresión.

Sin embargo, al igual que ya hizo el juez Penalva, tampoco se ha creido la declaración de estos testigos, y en cambio sí da una total credibilidad al testigo protegido número 29, víctima de la agresión, que ha sido varias veces agredido desde que decidió colaborar con los investigaciones del caso Cursach, aportando importante información a la causa.

Esta sentencia es la segunda condena por la campaña de amenazas que ha recibido este testigo, que ha venido sufriendo desde hace meses una campaña de desprestigio con el único objetivo de poner en duda su declaración.