La publicación en este diario de las negociaciones iniciadas entre la Universitat y el ayuntamiento de Palma para trasladar títulos y posgrados de Letras al centro histórico de Ciutat generó ayer un gran revuelo entre representantes de instituciones también implicadas, como el decano de la facultad de Filosofía y Letras o el conseller de Educación.

Más allá de las formas empleadas desde el rectorado (que no le ha informado de que se estaba debatiendo esta posibilidad), el decano Miguel Deyá mostró su oposición a la propuesta y consideró que la decisión de construir un campus en las afueras o apostar por una ciudad universitaria "ya se tomó en su momento" y desde entonces "ya se ha invertido mucho dinero del sufrido contribuyente en el tema".

Entre los títulos de grado susceptibles de ser traslados al casco histórico (se barajan opciones como el Estudi General Lul·lià o Can Serra) en la reunión que Cort y la UIB mantuvieron el viernes se habló de Historia e Historia del Arte.

Deyá ve muchos problemas y en un escrito remitido ayer a este diario enumeró varias preguntas relativas a aspectos prácticos y económicos: "¿Multiplicaremos por dos los servicios administrativos de la Facultad con el consecuente gasto? ¿Pagará el contribuyente balear la adecuación de red wifi para el Luliano ahora que ya se ha pagado para el edificio Ramón Llull?".

Problemas de acceso

El decano, que solicitará una reunión urgente con el rector Huget, cree que la mudanza complicaría la vida de los estudiantes, empezando por el tema de acceso a un barrio con restricciones de movilidad y aparcamiento: "¿Dónde aparcarán los más de doscientos alumnos de estos grados?".

Además, lamentó, los estudiantes quedarán alejados de la biblioteca del edificio Ramon Llull donde tienen la bibliografía especializada, y también tendrán más dificultades para acceder a los servicios generales de la UIB (relaciones internacionales, instalaciones deportivas, servicios de becas...).

Añadió que los estudiantes "no podrán" escoger asignaturas optativas de los otros grados que se imparten en el campus de la carretera Valldemossa y recordó que profesores de Historia e Historia del Arte también dan clases en otros títulos.

El escrito de Deyá cuestionó también el papel del Consell Social en estas negociaciones. Como publicó ayer este diario, su presidenta, Xesca Mas, estuvo presente en la reunión celebrada en el ayuntamiento el pasado viernes. El decano señaló que Mas " no es competente" en el tema según concluye "de una lectura de la normativa estatal y autonómica".

Reacción de la Conselleria

No solo el decanato de Letras reaccionó ayer al conocer las conversaciones sobre el posible traslado. La conselleria de Educación y Universidad también lo hizo. Según fuentes universitarias, el conseller Martí March se puso en contacto con el rector, Llorenç Huguet, para pedirle explicaciones.

La respuesta del rectorado de la Universitat fue un comunicado con el que se trató tranquilizar a la Conselleria y a la comunidad universitaria. El texto remitido quiso dejar claro que cualquier decisión final será "una propuesta conjunta" con la conselleria de Educación y que deberá ser aprobada por las juntas de gobierno de la institución: "En caso de que haya una propuesta conjunta con la conselleria de Educación y Universidad, serán los órganos de gobierno de la UIB los que tomarán una decisión, siempre atendiendo la opinión de los posibles estudios afectados".

El escrito del rectorado apuntó que la reunión mantenida el viernes entre Huguet, Mas y el alcalde, Antoni Noguera, surgió a petición del ayuntamiento de Palma y adelantó que es la primera de "futuras conversaciones", confirmando así que hay un proceso de negociación abierto.

El alcalde ha señalado varias veces en público su intención de convertir Palma en una ciudad universitaria "impulsando facultades" en el casco urbano.

La institución académica recordó en su escrito que a día de hoy cuenta con dos edificios en propiedad en Palma, el de Sa Riera, que funciona "a pleno rendimiento", acogiendo actividades culturales y estudios propios, y Ca n'Oleo, "que se espera que estará operativo en breve".

Los dos posibles edificios que se han puesto sobre la mesa para que la Universitat les dé usos académicos son el Estudi General Lul·lià, origen de la Universidad Luliana, y Can Serra, un Bien de Interés Cultural ubicado en la plaza Quadrado.

Ambos son propiedad del ayuntamiento de Palma. La entidad del Estudi General Lul·lià (creada en 1951) tiene cedido su uso y oferta cursos de idiomas (incluyendo clases de castellano para extranjeros). Can Serra está muy degradado y necesitaría un intenso proceso de rehabilitación.

Con este posible traslado de estudios al centro de Palma, la UIB, que ahora cumple 40 años, volvería a su origen ya que nació en el corazón histórico de Ciutat.