Tras meses de fricciones entre PSIB y Més, socios de Govern, por el decreto del catalán en la sanidad pública balear, el Pacto quiere utilizar el acuerdo entre ambos partidos para fortalecer la imagen de Ejecutivo sólido a un año de las elecciones autonómicas. "El Pacto tiene que seguir gobernando en la próxima legislatura", coincidían ayer dirigentes socialistas y ecosoberanistas incidiendo en la necesidad de dedicar este año a lanzar resultados sobre su gestión. Así, PSIB y Més han enterrado su enfrentamiento por una cuestión que amenazaba con convertirse en uno de los grandes fracasos del Pacto.
Con las prometidas oposiciones para la sanidad retrasándose por este motivo, la pasada semana el enfrentamiento entre los dos partidos fue en aumento, hasta que se hizo público que los socialistas estaban dispuestos a retirar el decreto y optar por una instrucción con el fin de no atrasar más las pruebas para obtener una plaza pública. El órdago lanzado a Més provocó que los ecosoberanistas plantearan el viernes al PSIB por escrito una propuesta, en la que se recogía el planteamiento de los socialistas de mantener el catalán como requisito en la sanidad pública balear, pero exigiéndolo a los dos años de aprobar las oposiciones. Més aceptaba también rebajar el nivel de catalán que sería necesario acreditar.
Se trataba de un acuerdo en el seno del Govern, en donde las principales negociadoras ecosoberanistas fueron la vicepresidenta del Ejecutivo, Bel Busquets, y la consellera de Serveis Socials, Fina Santiago. El mismo lunes, cuando el principio de acuerdo ya era un hecho, ambas anunciaron a los representantes del PSIB que antes de darlo por cerrado debían recibir el visto bueno del Consell Polític de su partido. A las puertas del congreso de Més, ante el que ambas se preparan para enfrentarse por el liderazgo, Busquets y Santiago se mantuvieron unidas en la propuesta sobre el catalán en la sanidad, evitando que una cuestión tan sensible en la fuerza econacionalista como la lengua pudiera pasar factura interna a ninguna de las dos.
No fue fácil. Ambas tuvieron que explicar a los miembros del Consell Polític los motivos por los que al final aceptaban esta rebaja de la exigencia del catalán como requisito, que no gustó a muchos en el partido. Entre los argumentos, además de la necesidad de cumplir con el compromiso de convocar oposiciones, se encontraba la de ofrecer una imagen del Govern del Pacto capaz de alcanzar acuerdos y sacar adelante sus compromisos, con el fin de no ponerse piedras a un año de la cita con las urnas, ante la cual todos dan por hecho que deberán reeditar el Pacto para mantenerse en el Govern. Lo importante, a pesar de las cesiones, era mantener el catalán como requisito, algo que ayer dirigentes de PSIB y Més, recordaban que ni siquiera se ha impuesto en Cataluña para la sanidad.
En el PSIB, por su parte, las dificultades para alcanzar un acuerdo con Més en este asunto comenzaban a crear un serio malestar con sus socios de Govern. A la líder socialista y presidenta del Govern, Francina Armengol, no le gustó que el acuerdo alcanzado en el Ejecutivo tuviera que esperar a recibir el visto bueno de la dirección de Més, tras meses de negociaciones, aunque finalmente el consenso ha calmado las aguas.
Una vez despejado este asunto, los partidos del Pacto se disponen a trasladar la imagen de unidad en lo que se refiere a la gestión, con la mirada puesta en las elecciones de 2019. Comenzarán hoy mismo, con una comparecencia conjunta ante los medios de comunicación de la portavoz del Govern y consellera de Presidencia, la socialista Pilar Costa; Fina Santiago y los portavoces parlamentarios del PSIB, Andreu Alcover; Més per Mallorca, David Abril; Podemos, Albert Jarabo, y Més per Menorca, Nel Martí. El motivo: ofrecer una valoración conjunta del grado de cumplimiento de los Acuerdos por el Cambio que suscribieron hace tres años.
