Rostros conocidos del mundo político, empresarial y académico de la isla se dieron cita en el Club DIARIO de MALLORCA de ayer por la tarde, que concitó el interés de los asistentes para obtener claves sobre el fenómeno del que más se habló el pasado verano: la saturación turística, y su principal derivada, la 'turismofobia'.

En las primeras filas del auditorio, separados por poca distancia, estuvieron políticos de diferente signo. Por un lado, la consellera insular de Territorio, Mercedes Garrido, y la diputada socialista Bel Oliver; y, por el otro, el líder del PP balear, Biel Company, acompañado por el alcalde 'popular' de Santanyí, Llorenç Galmés.

Asistieron personas que han ocupado importantes responsabilidades en la conselleria de Turismo, como el ex titular de este departamento, Jaime Martínez, y la ex directora general Pilar Carbonell. Se pudo ver además a otro ex conseller, en este caso de Economía y Hacienda, Carles Manera. La presidenta de la CAEB, Carmen Planas, el presidente del Cercle d'Economia, Andreu Rotger, el empresario Vicente Rotger, el decano de la Facultad de Turismo de la UIB, Tolo Deyà y el vicerrector Jordi Llabrés siguieron también el debate sobre la saturación.

Tras la intervención de los cuatro invitados, se abrió un turno de palabra para el público, que fue aprovechado, por ejemplo, por el restaurador Joan Salom, con un negocio en Petra, para ofrecer una visión desde la part forana.

Salom explicó que el turismo del Pla no está masificado. Aun así, sí que consideró necesario que, "antes de que se masifique, se ponga control" para evitar lo que sucedió a partir de las décadas de los setenta u ochenta en otras zonas de la isla.

Aumento de población

Otro turno de palabra lo protagonizó el presidente de la Cámara de Comercio, Pep Lluís Roses, quien al igual que alguno de los ponentes hizo hincapié en que no se puede responsabilizar sólo a los turistas de los problemas de saturación. Recordó en este sentido el importante crecimiento poblacional de las últimas décadas.

"Y, en cambio, tenemos las mismas infraestructuras que hace 20 años y estamos a la cola de inversiones del Estado", argumentó Roses, quien negó que los cruceristas sean los causantes del colapso que se vive en el centro de Palma.

El decano de la Facultad de Turismo, por su parte, consideró imprescindible un "plan estratégico" y puso el grito en el cielo por la falta de datos sobre el sector turístico.

"¡No sabemos prácticamente nada de los turistas que vienen!", se extrañó.

Del público salieron también cuestiones relativas al factor medioambiental y a cómo afecta éste a los límites de la isla.