Desde las elecciones en Cataluña viven un momento dulce. Al menos, eso dicen las encuestas.
Son encuestas. Si fueran resultados estaríamos muy contentos. Pero no es algo que venga de las elecciones en Cataluña. En nuestras encuestas internas nos vemos con una tendencia al alza desde el pasado verano, antes de la crisis en Cataluña. Crecemos desde junio.
Entonces, no cree eso de que si Cataluña pasa a un segundo plano, Ciudadanos también acabará pasando a segundo plano.
Que nuestro éxito viene por Cataluña y por nuestra postura en Cataluña está claro. Pero la gente también ha visto en nosotros un partido de futuro. No sólo tenemos un proyecto de mantener la unidad, sino también de modernizar el país, con reformas importantes.
Por el tema lengua, ¿Ciudadanos tiene más opciones en plazas como Valencia o Balears?
Ahí donde hay nacionalismos, y está claro que en Balears hay nacionalismo y un Govern que aplica políticas nacionalistas, son plazas más favorables. Es inevitable que la gente vea en Balears el fantasma de que lo que ha pasado en Cataluña puede acabar pasando aquí. Por culpa del PSIB, que es rehén de Més, podría haber una mímesis.
¿Qué les dicen las encuestas que manejan en las islas?
En Balears no tenemos ninguna encuesta propia, sí a nivel nacional Aquí tenemos otros indicadores: nuestros afiliados, donde todos pagan, crecen a un ritmo entre cinco y diez por semana y ya estamos por encima de 500. Y, aunque no tenga valor estadístico, cada día me para más gente anónima por la calle para decirme que nos votará. Falta un año y no renunciamos a nada. Si no creciéramos en votos me llevaría una sorpresa negativa.
En 2015 les pronosticaban en el archipiélago unos mejores resultados de los que obtuvieron.
Es cierto. Creo que por un lado no tuvieron en cuenta que nos presentábamos solo en Mallorca y que por el otro a la hora de la verdad mucha gente no nos votó porque no nos conocía bien. En estos tres años hemos demostrado de lo que somos capaces y ahora tenemos más fidelidad de voto. Creo que debería haber una diferencia muy grande entre las encuestas y nuestros resultados.
Precisamente, aquí están trabajando en crecer en la Part Forana. ¿Su discurso cuaja en los pueblos o tendrán que inventar en Balears una Tabarnia?
[Ríe] En las últimas generales, los mejores resultados los sacamos en Marratxí, con un 20%. Es cierto que Ciudadanos es un partido urbano y que nuestros mejores resultados los tenemos en Palma y toda su corona, pero si tenemos más agrupaciones en los municipios, en principio, también tendremos más votos ahí.
Parte de su éxito en las elecciones en Cataluña se ha atribuido al tirón de Inés Arrimadas; y usted no es Inés Arrimadas.
[Ríe] Es evidente. Está claro que no soy una figura representativa del partido desde el punto de vista de imagen, que es un partido de gente más joven, que encarnan muy bien nuestros líderes, Albert Rivera o Inés Arrimadas. Pero si no pasa nada me presentaré a las primarias para ser candidato en 2019 y tengo la esperanza de seguir.
Entonces, ¿será usted el candidato en las elecciones de 2019?
Esa es mi voluntad. Pero ahora no estamos en eso. Hasta 2019 no nos tiene que preocupar. Aún no tenemos fecha para las primarias.
¿Tienen fichajes previstos para sus listas electorales?
No, para nada. Tenemos gente que se incorpora y que aporta sus conocimientos y experiencia, pero no estamos fichando a nadie.
En el PP asumen que deberán pactar con ustedes. ¿Se ve haciendo presidente a Company?
Es muy prematuro. Supongo que hacen esos cálculos desde su posición, que no es la nuestra. Nosotros ahora queremos gobernar. Cuando veamos los resultados hablaremos de pactos. Ahora, no.
Con el PP se han entendido en el Congreso, pero una alternativa al Pacto de izquierdas aquí puede pasar por El Pi. ¿Se puede entender con El Pi?
Con El Pi nos entendemos en algunas cosas y en otras no, como con el PP, que nos entendemos en cosas pero en otras no. Todo el mundo da por hecho que nos entenderemos con el PP y yo no lo sé. Hay muchas cosas en las que veo al PP muy lejos de Ciudadanos.
¿En qué cosas?
Todo lo que tiene que ver con regeneración democrática, reforma de la ley electoral, la comisión de investigación que pedimos sobre Sa Nostra... Nosotros tenemos un programa y pactaremos sólo si en lo esencial se puede aplicar.
Si se entendieran en el resto, ¿Ciudadanos dejaría la lengua al margen de un pacto de Govern?
De ninguna manera. Este para nosotros es un elemento fundamental. No tenemos nada en contra del catalán, pero queremos un modelo educativo con las tres lenguas, que en la administración sea mérito y no requisito y que se dé un tratamiento a las modalidades muy distinto al que se les da hoy. Si no nos aceptan esto en un acuerdo de gobierno, no lo apoyaremos.
Albert Rivera decía en 2016 que Ciudadanos sólo estaría en un gobierno si ganaban las elecciones. ¿Se mantendrá en 2019?
No. En eso hemos cambiado. Ya no nos marcamos ganar las elecciones para gobernar. No nos cerramos en banda. Queremos gobernar aquí y si se dan las condiciones entraremos en el Govern.
Entonces, ¿pedirá una conselleria?, ¿pedirá la de Educación?
No lo hemos pensado en absoluto. Todavía no estamos en eso.
No le pido si podría pactar con el PSIB porque con Armengol han mantenido algunas de las discusiones más agrias. Le ha llamado a usted ultra y paranoico.
La presidenta tiene un problema de incontinencia. Es una buena política en el debate, pero debería poder contener mejor las emociones y, especialmente, la animadversión a lo que Ciudadanos representa. Nuestra relación es cordial, pero sus reacciones son de una virulencia extraña, que lo único que nos hace pensar es que es una presidenta nacionalista. En este sentido, el Partido Socialista de aquí es muy de aquí, pero muy poco socialista. Es más nacionalista que el PSC. Sería muy difícil pactar con este PSIB, que ha asumido las políticas de Més y que quiere blindar la inmersión. No me meteré en las estrategias de Armengol, pero debería reflexionar si le bastará siempre con sus socios.
Més reclama que el Parlament bloquee sus iniciativas si generan odio o van contra el Estatut.
El señor David Abril tiene planes de estos que al final no acaba de materializar. Pero esto no es más que una actitud de xenofobia.
Ciudadanos propuso algo parecido en Cataluña: bloquear todas las iniciativas que fueran en contra de la Constitución.
Aquí estamos mezclando cosas. Si yo defiendo una moción contra el adoctrinamiento no va contra el Estatut y mucho menos genera odio. Al revés, ellos giran la tortilla: yo me opongo a que haya manifestaciones de odio en los institutos y ellos te lo giran y te dicen que la manifestación de odio es la iniciativa. Supongo que Més necesita blindar a sus votantes de la comunidad educativa.
Ahora todo el mundo les critica por su ausencia de las ponencias por el Pacto educativo.
Lo he explicado: dijimos que estaríamos en toda ponencia si el desenlace no debía ser sí o sí una ley educativa en Balears. En estos momentos hay una comisión en el Congreso, que ya están elaborando las conclusiones después de más de 90 comparecencias, entre ellas la mía, para que salga una ley educativa duradera a nivel nacional. Que mientras, aquí, en el marco de la LOMCE se quiera hacer una ley educativa es absurdo. Y nosotros no nos sumaremos. Supongo que aquí lo hacen porque está en sus acuerdos de gobierno y porque quieren blindar la inmersión en catalán. Sin embargo, aquí tenemos una de las tasas de abandono escolar más altas del país y el conseller March no ha hecho nada.
Tal vez podrían asistir aunque sólo fuera para escuchar a la comunidad educativa.
Como grupo Mixto va Silvia Tur. Ha habido una imposibilidad de asistir a escuchar las ponencias, pero pediremos los vídeos de las comparecencias o las transcripciones para ver qué dicen y escucharlos con todo el interés del mundo. No se trata en ningún caso de un problema con el sector ni desinterés por la Educación.
El expresidente José Ramón Bauzá dice que lo que proponen ustedes en Educación ya lo hizo él. Y no le fue demasiado bien.
El TIL como idea de proporción razonable entre castellano y catalán y una progresiva introducción del inglés lo firmaría cualquiera. Pero Bauzá y su gobierno hicieron una nefasta gestión del tema. Gente del sector y padres te dicen que estaban a favor, pero que se hizo tan mal, con una serie de medidas inviables, que acabaron en contra. También hay que reconocer que el contexto no ayudó. Estoy convencido de que si en el futuro se modifica el modelo lingüístico educativo y se hace bien, no habrá en ningún caso la reacción que hubo en 2013.
¿Cómo zonificaría Ciudadanos el alquiler turístico?
Nosotros planteamos que la zonificación no fuera un requisito, sino un mérito; que hubiera una baremación que, sin excluir ninguna zona, en función de distintos factores, lo permita o no. Para nosotros el alquiler turístico no puede entenderse como un negocio sino como un complemento económico para familias que hayan invertido en una vivienda y se vean con dificultades. Hay que ser capaces de combinar esta actividad, que tiene beneficios para el pequeño comercio, con el acceso a la vivienda.
Ciudadanos votó con Podemos y el PP para dejar el alquiler a turistas en pisos fuera de la ley.
Es cierto, pero porque teníamos unas enmiendas. No tenemos ningún problema con que se alquile en pisos. Resultó que nuestro voto fue clave en ese artículo al final, pero no había ninguna intención. Tuvimos que explicárselo a Aptur. Votamos contra todos los artículos donde nos habían rechazado enmiendas.
¿Le ha pedido a Albert Rivera que presione a Rajoy por el REB y la mejora de la financiación?
No, no se lo he pedido. Básicamente porque no hay motivo. Sabemos que está habiendo esta negociación y sí que nuestros representantes en el Congreso nos van informando. Habrá que ver si se puede si no se aprueban los presupuestos. Veo que la consellera de Hacienda, Catalina Cladera, es optimista y estoy contento, aunque me gustaría que nos informara del porqué de su optimismo.
Empezaron la legislatura en el grupo Mixto los dos diputados de Ciudadanos y la diputada de Formentera y ahora son seis.
Compartir grupo es complicado y ahora, al ser más, es más complicado. La relación personal es buena, ha habido alguna fricción visible, pero hay que convivir. Si todo va bien, tendremos grupo propio la próxima legislatura. Aun así, pediremos cambiar el reglamento para que los diputados expulsados como Xelo Huertas, Montse Seijas o Álvaro Gijón, sean no adscritos y que el grupo Mixto no sea un cajón de sastre.
