Un director general de Sanidad me confesó que, tras cuatro años en el cargo inspeccionando restaurantes, nunca volvería a pisar los establecimientos de una determinada cocina que no vamos a especificar porque todos ustedes la conocen. El político estaba a salvo, y seguramente transmitió la advertencia a su círculo íntimo pero, ¿y los demás? Nunca imaginé que esta situación de clasismo sanitario se reproduciría con la ultraizquierda en el poder. En los hechos consumados, un restaurante palmesano figura en el epicentro de una infección de hepatitis A, tan abultada que supera los casos registrados en toda Mallorca durante los cuatro últimos años.
El foco fue detectado con prontitud por un médico de cabecera, al aflorar los primeros contagiados. La inspección no consideró oportuno cerrar en vísperas de Navidad el restaurante, que paga un alquiler de muchos miles de euros. Permaneció abierto durante las festividades, antes de ser clausurado. Ni siquiera vamos a entrar en el rosario de demandas civiles, que acabarán repercutiendo sobre el Govern que pagamos. Ni en la estupenda operación contra la imagen de Mallorca.
Como de costumbre, nos interesa más el factor humano. La directora general de Salud Pública admite que otra inspección podría conllevar otro resultado, pero no especifica si ella hubiera acudido tranquilamente a comer al restaurante que dejó abierto, durante los días de tregua en que se incrementaban a buen ritmo los enfermos de hepatitis A. Tampoco aclara si hubiera permitido que un allegado suyo acudiera a ese local. O si les recomendó el restaurante al estilo de Fraga bañándose orondo en Palomares, dado que el brote estaba controlado. El virus en cuestión era un riesgo para casi todos los mallorquines, porque unos cuantos elegidos disponían de información privilegiada. La transparencia predicada por los progresistas se retrasa. Y todo por no seguir la máxima de desinfectar el local antes de reabrirlo. Un Govern teóricamente de izquierdas se ha guiado por los mismos criterios que el PP. El negocio debe continuar.
