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Conferencia

Victoria Camps: "La independencia por sí sola, si no es para lograr algo mejor, es otra forma de populismo"

La pensadora y catedrática emérita de la Universitat Autònoma de Barcelona apela en Palma a la necesidad de una "moralización pública" en la que la ética guíe a la política

La catedrática Victoria Camps, José Francisco Conrado de Villalonga, consejero delegado de Editora Balear y el profesor Joaquín Valdivieso. b.ramon

Victoria Camps, catedrática emérita de Filosofía moral y política de la Universitat Autònoma de Barcelona, defendió ayer en Palma la necesidad de una "moralización pública, de la ciudadanía en general, como una exigencia democrática" ya que "debe haber un 'ethos' (costumbre, conducta) moral para que la democracia funcione mejor". Camps, una de las más reconocidas pensadoras españolas, sostuvo que "la democracia solo puede funcionar bien si hay unos principios reconocidos por todos, unas instituciones que se hacen cargo de esos principios y unas personas que gestionan las instituciones y que además de creer en esos principios tienen la voluntad de llevarlos a la práctica". En este sentido, consideró que "la libertad y la igualdad son los dos valores fundamentales en la democracia", pero a la vez "ha de haber un 'ethos', una manera de ser colectiva, una adhesión práctica a estos valores" ya que de lo contrario la democracia "se deteriora". Ahí, a su juicio, está el problema en la actualidad: "Nos falta la ética de las virtudes".

Camps efectuó estas reflexiones en el transcurso de una conferencia en CaixaForum Palma sobre "la moralización política", invitada por el Cercle Financer de Balears cuyo presidente, José Francisco Conrado de Villalonga, resaltó la "gran capacidad intelectual" de la filósofa antes de dar paso a Joaquín Valdivieso, profesor de la UIB, quien presentó a la conferenciante. Valdivieso, que resaltó las obras que ha publicado Camps, recordó que también fue senadora por el PSC como muestra de su "confluencia entre su vida como catedrática y filósofa y como ciudadana".

La conferencia, seguida por numeroso público, contó con la asistencia de la presidenta del Govern, Francina Armengol; el rector de la UIB, Llorenç Huguet, y la presidenta de la CAEB, Carmen Planas, entre otros.

Huguet, Camps, Armengol, Conrado de Villalonga y Valdivieso momentos antes de la conferencia. V. EZA

Camps insistió en que a la sociedad actual no le faltan "normas éticas" ni existe "discrepancia sobre su importancia", sino que "lo que falta es la disposición a actuar de acuerdo con ellas". Recordó que Aristóteles hablaba de la acracia, en referencia a "una sociedad con muy buenas leyes pero que no sirven para nada porque nadie las cumple, que es algo que nos suena a la actualidad". Al respecto puso como ejemplo lo que ocurre con la corrupción, ante la cual "el problema no es que no haya regulación, pero muchas veces se actúa como si no la hubiera, es una sociedad ácrata que no se gobierna de acuerdo con las leyes".

Corrupción

"Es un problema de voluntad", afirmó en referencia a que "la ética es cuestión de normas y principios y de voluntad de cumplirlos, de adhesión voluntaria a ellos". Recordó que "con el caso de la corrupción todo el mundo, desde corporaciones a partidos, tienen un código ético que al final son decepcionantes, porque incluyen cosas que son evidentes y repiten lo que dice la ley". Sin embargo, "no es un problema de códigos ni principios, sino de voluntad de actuar de acuerdo con unos principios éticos y eso ha de ser y es posible". En este sentido, consideró que "la política ha de ser astuta y a la vez actuar de manera franca, ética; es posible, y debe serlo, una política ética, es cuestión de voluntad".

En referencia a la corrupción, recordó la frase de El Roto "he externalizado mi conciencia para abaratar costes", para ilustrar la situación por la que las personas consideran que no es su conciencia la que actúa, sino una "conciencia colectiva por la que todo el mundo lo hace, hasta que desaparece la moralidad pública".

"Cuando desaparece la voluntad y se hace sistémica la falta de voluntad tenemos el 'demos' (pueblo), pero nos falta el 'ethos', la personalidad moral colectiva y entonces hablamos de inmoralidad", que a su vez conduce a la "desmotivación y desafección" afirmó Camps.

Consideró que la dificultad para formar una "conciencia moral colectiva" es que "vivimos en democracias liberales" en las que se priman las libertades individuales. Sin embargo, en lo que se refiere a los valores de libertad e igualdad, "no hay color en cómo se desarrolla la libertad y lo poco que lo hace la igualdad", algo agravado con la crisis económica, una de cuyas consecuencias es que "se han profundizado las desigualdades".

A su vez, insistió en la necesidad de "conectar la libertad con la responsabilidad individual y colectiva" y sostuvo que en la actualidad "además de externalizar la conciencia, externalizamos la responsabilidad". Como ejemplo, puso la "judicialización de la política, que es la reducción de la moral al derecho", y los populismos, que son "otra manera de externalizar las responsabilidades". Sobre esta cuestión, resaltó que está el populismo de izquierdas, que responsabiliza de los problemas a las élites, y el de derechas, que culpa por ejemplo a los inmigrantes y refugiados. Para Camps, "la independencia por la independencia, no para llegar a algo mejor, es otra forma de populismo".

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