Una antigua miembro del consejo de Administración de Sa Nostra, y en representación de un municipio de Mallorca, se desvinculó ayer de las operaciones inmobiliarias que investiga la Audiencia Nacional y que serían constitutivas de un presunto descuadre de más de cien millones de euros.

La exmiembro del Consejo de Administración compareció en calidad de investigada y asistida por el letrado Josep Perelló. La mujer declaró mediante vídeoconferencia desde Palma.

La investigada explicó que votó a favor de aquellas operaciones porque contaban con el visto bueno de los técnicos y los informes jurídicos a favor. Además se le dijo que eran inversiones beneficiosas para la desaparecida caja de ahorros y votó a favor porque quería lo mejor para la entidad.

Al igual que otros exconsejeros imputados, la declarante se desmarcó del seguimiento de las inversiones. "Nunca llegué a pensar en verme imputada por mi actuación de consejera", se lamentó en los pasillos de los juzgados.

También mediante vídeoconferencia declararon dos testigos, los dos vinculados al departamento inmobiliario de Sa Nostra. Uno de los testigos, ya jubilado, explicó que era uno de los pocos empleados de la Caja destinados en Invernostra, la filial inmobiliaria de Sa Nostra. El declarante afirmó no acordarse de aquellas operaciones que se hicieron entre 2005 y 2010 y añadió que se limitaba a cumplir lo que le mandaban sus superiores. La otra testigo es una exresponsable del departamento inmobiliario de la Caja y señaló que la medida de inyectar más dinero a dos fallidas operaciones inmobiliarias era la mejor solución para no perder toda la inversión inicial.

El jueves están citados en Madrid como testigos tres miembros de la cúpula de BMN, entre ellos Carlos Egea.