El Govern de Francina Armengol ha encontrado un aliado para reclamar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, inversiones turísticas para Balears. La presidenta balear y el presidente de la Comunitat Valenciana, el también socialista Ximo Puig, tejieron ayer una anueva lianza que aspira a sumar más miembros para pedirle al Gobierno que cree un fondo de inversión turística con cargo a los presupuestos del Estado.

Los dos presidentes autonómicos anunciaron ayer en el marco de Exceltur que Palma acogerá un encuentro multilateral de las comunidades autónomas con más peso turístico de España con el objetivo de pedir al gobierno central inversiones directas en turismo, zonas maduras e infraestructuras. "Hemos acordado llevar a cabo esta reunión para hacer planteamientos conjuntos de problemas que tenemos las comunidades turísticas y para plantear soluciones desde diferentes puntos de vista y algunas inversiones que son necesarias y que no es justo que las sigamos costeando desde las arcas públicas autonómicas", explicó Armengol. "Necesitamos infraestructuras, necesitamos inversiones, necesitamos remodelar nuestras zonas públicas", señaló la presidenta, que apuntó que esa inversión hasta ahora se está "haciendo con el presupuesto de cada una de las comunidades". Además, recordó que en los últimos años se han dejado de aplicar políticas de inversión en zonas turísticas que sí se llevaban a cabo anteriormente, como el Plan Litoral o el plan renove para zonas turísticas maduras, puestas en marcha durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Precisamente, este tipo de planes son los que demanda ahora Balears junto a Valencia. Estas inversiones del Estado en infraestructuras turísticas son una demanda que también han hecho llegar tanto a las comunidades autónomas como al gobierno central el propio sector turístico.

Si bien no le dio tiempo a valorar esta nueva demanda, el ministro de Turismo, Álvaro Nadal, también estuvo presente ayer en Exceltur. El responsable de Turismo del Gobierno de Rajoy admitió que la saturación turística es real en España. No con el término saturación, sino "congestión". El ministro abrió el foro admitiendo el fenómeno y celebrando que "hemos sabido gestionarlo". Nadal cifró en 82 millones los turistas que pasaron por España en 2017 y señaló que "es inevitable que se produzca una congestión, que es lo que ha ocurrido", pero que "se ha podido gestionar porque tanto desde el sector público como el privado se han reforzado las infraestructuras, los servicios y la red de transportes". El ministro apuntó como una de las causas de esa "congestión", según su propia terminología, la oferta de alquiler turístico, "que es demandada por el visitante pero que exige regulación". Nadal recordó que algunas autonomías, como Baleares, han aprobado normativas para regular esta actividad y si bien dijo que "la están regulando con mayor o menor fortuna", señaló que "es competencia exclusiva" y que el Gobierno no puede entrar. "Nosotros hemos hecho todo lo que podíamos hacer con el control fiscal de esta actividad", explicó.

Turismofobia

Por otro lado, medio año después de haber elevado la acción de protesta contra el turismo del colectivo Arran en el Moll Vell a una preocupación nacional con el nombre de turismofobia, el ministro de Turismo volvió a poner este fenómeno en el centro del debate turístico y rechazando el término que él mismo acuñó: "No hablaría de turismofobia, yo lo llamaría vandalismo", censuró el ministro, que lo atribuyó al "uso partidista del turismo".