Desde las elecciones del 21-D en Cataluña, Ciudadanos vive un momento dulce en las encuestas. La victoria de Inés Arrimadas no le servirá para ser presidenta de la Generalitat pero ha dado un nuevo impulso al partido de Albert Rivera y la ola puede llegar a Balears. Sin embargo, conscientes de la decepción que sufrió en 2015, el partido naranja no quiere confiarse y busca corregir la que entiende que fue una de las principales causas de sus más bien pobres resultados entonces: su falta de presencia en las localidades de la Part Forana y en Eivissa y Menorca.
Con un año y medio por delante hasta las elecciones, el partido liderado en Balears por Xavier Pericay trabaja en su implantación y en ampliar su estructura territorial. De momento, en dos años y medio se ha avanzado: de los tres municipios en los que tuvo candidatura en 2015 (Palma, Calvià y Son Servera), ha pasado a tener nueve agrupaciones en Mallorca después de sumar Inca, Manacor, Llucmajor, Marratxí, Sóller y Binissalem. Además de en la Part rorana, la formación anticatalanista ha desembarcado en Eivissa y en Menorca con tres agrupaciones en cada isla: Eivissa, Sant Josep y Santa Eulària; y Ciutadella, Maó y Sant Lluís, respectivamente.
En 2015, después de las elecciones en Andalucía, en las que Ciudadanos consiguió ser llave de gobierno, el partido vivió otro momento dulce en las encuestas como el actual. No hacía dos meses de su desembarco en Balears y los sondeos le pronosticaron en las islas hasta nueve escaños: ninguno le dio menos de cuatro. El resultado fue muy distinto. Con un seis por ciento del electorado y 25.000 votos, se quedó con dos escaños. Por debajo de los tres de El Pi, al que algunas encuestas ni daban representación. La clave fue, precisamente, una Part forana que le dio la espalda. Mientras en Palma o Calvià, donde se presentaban, Cs obtuvieron en torno al 10 por ciento de los votos, en ninguna otra localidad alcanzaron el cinco por ciento, quedándose en la gran mayoría de ellas en el tres por ciento o incluso por debajo. Ahora no quieren que les vuelva a pasar en los comicios de 2019.
Por ello, además de presentarse en Eivissa y en Menorca, donde creen que tendrían garantizado un diputado en cada isla, quieren acabar de implantarse en Mallorca y ese trabajo pasa por salir de la capital. La idea es crecer desde Palma y ir ampliándose desde su área metropolitana. Así, después de sumar a Palma y Calvià, Marratxí y Llucmajor, uno de los próximos municipios en los que podría haber agrupación es Andratx.
Desde Ciudadanos son conscientes de que no podrán llegar a todos los municipios de la isla, pero como objetivo se marcan superar la veintena. La prioridad es estar en los municipios en los que en las anteriores citas electorales ya han conseguido, sin estructura alguna, resultados satisfactorios. Para ello, no miran las últimas autonómicas, sino que se van a la última cita electoral de junio de 2016. Las segundas elecciones tras no formarse gobierno en Madrid, en las que el PP creció y en las que el PSOE de Sánchez dejó sin sorpasso a Podemos.
67.000 votos en 2016
En esas elecciones, Ciudadanos logró 67.612 votos en el conjunto de las islas. Una cifra que aunque no puede extrapolarse a unas autonómicas -con menor participación y con un voto con menor clave nacional-, iguala los resultados que lograron Podemos o Més en 2015, con diez y nueve diputados respectivamente. En muchos municipios la candidatura de Rivera, encabezada en Balears por Fernando Navarro, logró entre el doce y el quince por ciento. En esas localidades son en las que se fija ahora Ciudadanos. Precisamente, paralelamente a Andratx, otro de los municipios en los que el partido podría desembarcar pronto es ses Salines, donde el partido obtuvo un 12,5 por ciento de los municipios en esas elecciones generales de 2016.
Desde la formación explican que esa implantación no será a cualquier precio y que, de hecho, se han hecho algunas propuestas de personas que se han ofrecido en algunas localidades y que el partido ha tenido que frenar por no considerar perfiles idóneos. Lo que se quiere evitar es que puedan representar al partido personas que puedan dañar la marca.
Pese a que siempre se ha considerado al votante de la Part forana con un perfil más regionalista y menos receptivo al discurso de Ciudadanos -contrario a la inmersión en catalán en la educación o a que sea requisito en la administración pública-, en el partido se agarran a esos resultados cosechados en 2016 para confiar en que éstos mejorarán.
Los resultados del partido naranja pueden ser claves en 2019, con un PP que no acaba de arrancar y un Pacto con Podemos y Més que se ven a la baja. En 2015, con la certeza de perder la mayoría absoluta, el PP de José Ramón Bauzá confiaba en el sprint final de Ciudadanos para alcanzar un pacto que le permitiera seguir gobernando. Sin embargo, una debacle del PP mayor de los esperada y el bluf de Ciudadanos dejaron la suma de los dos partidos a ocho diputados de la mayoría absoluta.
El PP asume que les necesitará
Para las próximas, esa alianza se volvería a ver necesaria. El propio presidente del Partido Popular, Biel Company, reconocía públicamente la pasada semana en una entrevista en IB3 Ràdio que una mayoría absoluta del PP "es posible pero improbable", y señaló -además de a El Pi- a Ciudadanos como partido al que "podría llamar" en caso de necesitar sumar mayorías. "Un Govern del PP con el apoyo del Pi y Ciudadanos es más posible que el Govern que hay ahora", vaticinaba el líder popular, guiñando el ojo a dos partidos que está por verse que puedan acabar siendo compatibles.
Antes, para ello, deberán alcanzar la suma. Ciudadanos es consciente que su partido se juega más en clave nacional. Sin embargo, no quiere dejar deberes por hacer y por eso la apuesta para empezar es ampliar su estructura y acabar de implantarse en la Part forana.
