El humo y la luz conectaron ayer Mallorca para recordar a la sociedad que el drama de los refugiados no ha desaparecido. Medio centenar de puntos costeros y de interior -básicamente construcciones defensivas como torres, atalayas, castillos- se ‘encendieron’ con bengalas durante la segunda edición de la iniciativa Talaies de Mallorca, torres de defensa pels drets humans.

La jornada tuvo un primer hito a la una de la tarde, en que la conexión a través de los 52 puntos logísticos -cinco más que en la edición del año anterior- se hizo con el encendido de bengalas de humo.

Desde el Castell de Bellver, que acogió el acto central con la presencia de representantes políticos, se hizo seguimiento de cómo en media hora esas señales recorrían toda la isla, a partir del sistema de comunicación ideado por el historiador y matemático Joan Binimelis. Por la tarde, fueron las luces de las bengalas las que recorrieron la isla.

El punto de partida tuvo lugar en la Torre de na Pòpia, en sa Dragonera. Después vino Rafaubeig (Calvià), sa Pedrissa (Deià), es Verger (Banyalbufar)... en una conexión de la que, por primera vez, participaron municipios de interior como Llubí, Petra, Maria de la Salut, Sencelles, Binissalem o Algaida, sin olvidar las campanas de la Seu, que repicaron bien alto en favor de los derechos humanos y, también, del patrimonio.

La vertiente patrimonial forma parte de este acto, ya que se reivindica su buen estado de conservación, lo que no siempre sucede en estas antiguas construcciones, amenazadas por la degradación.

Desde lo alto del Castell de Bellver, se leyó un manifiesto para sintetizar las reclamaciones de la jornada. “La desesperación ha hecho que aquellos que buscan una vida digna hayan optado por vías más peligrosas. La cifra de las víctimas mortales nos es desconocida, y queda hundida en las aguas del mar Mediterráneo”, proclamaba el manifiesto, que concluía haciendo un llamamiento a “no callar ni mirar hacia otro lado ante esta situación de injusticia flagrante”.

Entidades colaboradoras

El Consell es una de las instituciones que apoyó esta iniciativa promovida el año pasado por un grupo de profesores del IES Marratxí y miembros de la Societat Balear de Matemàtiques. Contó también con el apoyo de Amnistía Internacional y el Fons Mallorquí de Solidaritat del Consell, así como con la colaboración de Bombers de Mallorca y el 112, además de otras entidades vecinales y ayuntamientos. El vicepresidente primero del Consell, Francesc Miralles, hizo un balance positivo y destacó que la participación “crece en cada edición”.