Un total de 77 pacientes -50 de ellos en Son Espases, 21 en Son Llàtzer, 5 en el comarcal de IncaI y 1 en el hospital Can Misses de Eivissa- aguardaban ayer, a las tres de la tarde, en los servicios de urgencias de estos centros sanitarios públicos una cama para ser hospitalizados.

Así, por tercer día consecutivo, se mantiene una fuerte presión asistencial sobre estos servicios a consecuencia de una mayor afluencia de pacientes afectados por enfermedades respiratorias y por la epidemia de gripe.

Una presión que ha obligado a los principales hospitales a suspender las operaciones extraordinarias (conocidas como peonadas) fuera del horario laboral pensadas para reducir las listas de espera. Pero como la necesidad de camas es apremiante en estas fechas, Son Espases suspendió 12 de estas peonadas quirúrgicas el lunes y el martes y Son Llàtzer se sumó a esta restricción el pasado martes y la mantuvo ayer cancelando en estas dos jornadas un total de 11 intervenciones, informaron fuentes del IB-Salut.

De la misma manera, el hospital de Inca debió derivar ayer a dos pacientes al hospital general de Muro por la saturación de sus servicios.

El PP exige explicaciones

Por otra parte, el grupo parlamentario popular ha solicitado la comparecencia, por vía de urgencia, de la consellera de Salud, Patricia Gómez, por la "grave" situación de las urgencias hospitalarias. La portavoz parlamentaria del PP, Margalida Prohens, manifestó que "no es de recibo el caos y el colapso" de las urgencias y, por ello, pedirán a la consellera que informe sobre lo que está sucediendo y sobre las actuaciones que piensa llevar a cabo.

En este sentido, criticó que el Govern "que tiene 1.300 millones de euros más, permita que haya pacientes, a día de hoy, que esperan una cama o ser atendidos por un médico en la sanidad pública".

La portavoz palamentaria también lamentó que durante la jornada del martes se tuvieran que suspender algunas intervenciones quirúrgicas que estaban programadas por falta de previsión y de cama.