"La gripe se ha adelantado este año, ya estamos en fase epidémica aunque se prevé que lo peor llegue la semana que viene. Si a esto unimos que estos días festivos han trastocado la normal actividad del hospital y se han dado menos altas de las habituales, ya tenemos la tormenta perfecta".

Esta es la explicación clara y directa de un profesional que trabaja en Son Espases para determinar los motivos que provocaron que ayer su servicio de urgencias pareciera más un hospital de campaña que unas dependencias sanitarias dignas del centro de referencia de la comunidad.

"Se ha adelantado la gripe y la gente está cada vez mayor. Estamos desbordadísimos pese a que todas las camas están abiertas y la dirección ha decidido suspender la actividad quirúrgica extraordinaria (las denominadas peonadas) con el objeto de dejar más camas de hospitalización libres", señala el facultativo del servicio de urgencias de Son Espases.

Un delegado del sindicato de enfermería (SATSE) en este centro atribuye el colapso de las urgencias, además de a la gripe, al inicio de la actividad quirúrgica programada tras la vuelta de las vacaciones.

"A las dos de la tarde había 181 personas en urgencias, ya atendidos o a punto de serlo. En la zona de camillas, pensada para albergar a 12 pacientes, había 30; pendientes de hospitalización había 59 enfermos, 14 de ellos ya con cama asignada. Así estamos, sin contar con lo que venga esta tarde, que la demanda es brutal", resumía el delegado sindical.

Su compañero médico aumenta hasta los 38 el número de pacientes en la zona de camillas. "A las dos y media no teníamos sitio para ubicar a los nuevos enfermos porque la sala de observación estaba llena y debíamos colocar a pacientes destinados a la zona de camillas a un área de enfermos más banales", matizó el médico.

Este facultativo reveló también que la situación era tan inmanejable que el Servei de Salut se puso en contacto tanto con el hospital Quirónsalud Palmaplanas como con la Policlínica Miramar para poder derivarles pacientes más complejos de los habituales.

El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) coincide con las cifras (182) de los representantes de enfermería y detalla que 101 de ellos estaban en la zona de boxes, 30 en la zona de camillas, 36 en observación, 8 en la unidad 0-F abierta el pasado viernes y 7 en una consulta básica.

Sobre la situación en Son Llàtzer, el SAE asegura que la situación no era "más halagüeña" con hasta 175 pacientes hacinados en su servicio de urgencias, 12 de ellos en la zona de boxes, 4 en semicríticos, 25 en cuidados medios, 33 en la unidad de corta estancia, 59 en sala de espera y 42 diagnosticados pendientes de que se les asignara una cama.

"Contamos con la responsabilidad y buen hacer de los profesionales y confíamos en que no haya que lamentar ninguna desgracia porque en situaciones como las descritas llega un momento en el que todo es posible", advierten desde un sindicato que reclama "sentido común y responsabilidad" a los dirigentes sanitarios.

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