Cuando los profesionales sanitarios se quejan de que hay personas que acuden a Urgencias para consultas que no son realmente urgentes no lo hacen por vicio. Lo hacen por frustración y para promover la eficiencia.

En un sistema sanitario en el que los recursos nunca son suficientes (y nunca lo serán), ver cómo se gasta dinero de forma innecesaria hace hervir la sangre a cualquiera. Y el ejemplo de las Urgencias es el más fácil de ver: si una primera consulta en el centro de Salud supone un gasto de 71 euros, la visita a Urgencias cuesta a las arcas públicas (y por tanto a los ciudadanos que las sufragan con sus impuestos) 294 euros.

Así figura en la actualización de precios de los servicios sanitarios cubiertos por el IB-Salut. Esta lista la confecciona el Servei de Salut para facturar lo que corresponda a las aseguradoras por atenciones con motivo de accidentes de tráfico; accidentes laborales con cobertura de una mutua; accidentes acaecidos en eventos festivos y espectáculos públicos que cuenten con seguro; y a los extranjeros no residentes que requieran asistencia sanitaria mientras estén en las islas.

Así, el IB-Salut estimaba cerrar 2017 con una facturación en torno a los 50 millones de euros: 30 millones por los costes de la asistencia sanitaria dada a turistas europeos y otros 20 por prestaciones a terceros (aseguradores, mutuas, turistas extracomunitarios...).

Para 2018, las tarifas han cambiado. Además de actualizarse (la última vez que se modificaron fue en 2014), se ha cambiado el sistema de cuantificación, adaptándose a un nuevo código fijado por el Sistema Nacional de Salud en enero de 2016. Solo Balears, Madrid y País Vasco han hecho de momento el cambio, precisando más los costes según los diagnósticos y estableciendo cuatro categorías según la severidad del proceso.

Un ejemplo: una insuficiencia cardíaca antes tenía un precio único asignado de 5.498 euros y ahora, según la gravedad, oscila entre los 2.000 y los 8.259 euros. Otro ejemplo: un parto vaginal sin complicaciones antes se cuantificaba en 2.671 euros y ahora la tarifa puede variar entre los 1.244 y los 7.391 euros. Mención especial para los partos de niños neonatos: el Servei de Salut establece alrededor de un centenar de costes diferentes en función del peso del recién nacido y las posibles complicaciones.

Volvemos a las Urgencias. Aquí se unifican los tramos que existían y la visita de emergencia sin ingreso hospitalario cuesta 294 euros, cuando antes estaba entre los 194 y los 370 euros.

Hospitalización

Todo está cuantificado en la nueva actualización. Una noche en Son Espases (o en cualquier otro hospital del archipiélago) cuesta 917 euros al sistema (es un 10% más respecto a 2014). Si es una estancia por motivos quirúrgicos la tarifa sube a 1.172 euros y si el ingreso es en la unidad de curas intensivas; de críticos o alguna otra unidad especial, el coste llega a los 1.760 euros por noche. La atención más costosa es el trasplante pulmonar o de corazón: 87.245 euros.

Al hablar del gasto sanitario en el que incurren los turistas parece inevitable pensar en los casos de ' balconingo los excesos etílicos que empiezan en zonas como Punta Ballena y acaban en Son Espases. El traslado en una ambulancia de un municipio a otro tiene un coste de 245 y en las que ofrecen soporte vital avanzado asciende a 1.183 euros. La atención de un paciente por abuso de alcohol que pide el alta voluntaria se tarifa entre los 885 y los 9.922 euros.

El trabajo quirúrgico también tiene un precio. Además del coste de la intervención en sí, se factura por el tiempo de uso de la sala de operaciones: 565 euros por una hora; 1.069 euros por 90 minutos...

La actualización recientemente publicada también especifica el precio de todas las pruebas diagnósticas como una ecografía de primer trimestre (82 euros), un electocardiograma (59 euros) o una colonoscopia (461 euros).

La resolución con la actualización de los precios por los servicios sanitarios tiene hasta 83 páginas, detallando todas las posibles atenciones sanitarias y su coste.

En algunas comunidades autónomas, como Andalucía o Asturias, o en determinados centros hospitalarios (como La Paz de Madrid) se llevan o se han llevado a cabo experiencias informando a los usuarios del sistema de salud sobre el coste de los servicios recibidos. El objetivo: concienciar y fomentar el bueno uso de los recursos sanitarios que pagan los ciudadanos con sus impuestos. En Balears no se informa de la factura, pero si tiene curiosidad acuda al BOIB del pasado jueves.