La mayoría de la tercera edad de Balears considera que su situación se mantiene igual que en los peores momentos de la crisis económica, a pesar de los mensajes oficiales que aseguran que ya está superada. Así se desprende de la encuesta efectuada por Gadeso este mes de diciembre, en la cual el 86,3% de los encuestados no percibe cambios a mejor en su situación. No obstante, las opiniones difieren notablemente en función de los recursos económicos de los que se disponga, una diferencia que se produce tanto en las respuestas a la pregunta general sobre su estado actual en comparación con el período de crisis como en la concreción en distintos parámetros.

Así, el sondeo de Gadeso divide a los 400 mayores de 65 años de las islas encuestados en tres grandes grupos, en función de sus recursos: un segmento alto que dispone de recursos suficientes; uno medio, con algunos problemas económicos, y uno bajo, que padece grandes dificultades y que a veces se encuentra en riesgo de exclusión. El 82% del segmento más alto afirma estar “igual de bien” e incluso un 18% sostiene que su situación ha mejorado.

Sin embargo, se trata de un grupo al que la crisis afectó poco, por lo que no es lo mismo lo que significa en su caso el que se encuentren igual a lo que supone para el 90 por ciento del segmento bajo y el 87 por ciento del medio que contestan de la misma manera, ya que estos son los que más padecieron las consecuencias de la crisis. Una media del 7% de los segmentos medio y bajo afirman que su situación ha empeorado.

En conjunto, las personas mayores de 65 años han perdido calidad de vida, lo que el estudio de Gadeso explica por un aumento del coste de la vida no compensado por el mínimo incremento de las pensiones, la disminución de los recursos del entorno familiar y la reducción, tanto en calidad como en accesibilidad, de los servicios públicos.

La situación económica de cada segmento se refleja en la preocupación por la vejez, algo que reconocen en menor medida el grupo que cuenta con más recursos. El 40% del segmento alto admite que le preocupa hacerse mayores, porcentaje notablemente inferior al 60% del segmento medio y, sobre todo, al 76% del bajo. Los motivos de esta preocupación también son muy diferentes. Los que padecen más dificultades esgrimen razones económicas, mientras que los que pertenecen al segmento alto ponen el acento en el deterioro mental. Los que se engloban en el segmento medio inciden en el riesgo de tener que depender de otras personas para su vida cotidiana.

Pensiones

El segmento alto cubre sus necesidades con sus rentas y ahorros, mientras que el medio y bajo lo hace con su pensión. En este sentido, el estudio recuerda que las pensiones públicas en Balears están por debajo de la media estatal. De hecho, el 14% de los encuestados en el segmento medio, declara tener necesidad de ayudas exteriores, porcentaje que asciende al 20% en el segmento bajo.

Respecto a los servicios públicos, los más acomodados les dan menos importancia, mientras que los servicios englobados en la Ley de Dependencia reciben valoraciones muy negativas en los grupos medio y bajo que, además, destacan la urgencia de aumentar la cuantía de las pensiones.

Junto a ello, la mayoría de los encuestados considera que una persona en edad de jubilación ha de dejar de trabajar, aunque un significativo porcentaje considera que se ha de tener el derecho a seguir trabajando si así lo desea o lo necesita.