El Govern del Pacto decretó el pasado 5 de diciembre la pérdida de la condición de funcionario autonómico del expresidente Jaume Matas en ejecución de una sentencia, tras una conformidad, de siete años de inhabilitación dictada por la Audiencia en dos de las piezas separadas del caso Palma Arena. Matas poseía, desde 1989 y gracias a un concurso-oposición, una plaza de jefe de servicios que en su día fue la de responsable de Presupuestos de la conselleria de Economía.

Matas, defendido por Josep Zaforteza y Miquel Àngel Arbona, aceptó el pasado 7 de noviembre una pena de 7 años de inhabilitación por un delito de prevaricación relacionado con la adjudicación de unas campañas publicitarias del Mundial de Ciclismo en Pista.

Sentencia firme

Matas selló un pacto con la fiscalía anticorrupción para declararse culpable a cambio de no recibir una condena que conllevase su ingreso en prisión.

El hecho de que la sentencia ya sea firme, dado que ni el condenado ni las acusaciones han formulado recurso de casación ante el Tribunal Supremo, ha dado pie al Govern, que ejerce la acusación particular en las piezas separadas del Palma Arena, a ejecutar con rapidez el fallo.

La iniciativa ha partido de la Abogacía de la Comunidad Autónoma y la resolución donde se expulsa a Matas del funcionariado ha sido dictada por la consellera de Administraciones Públicas, Catalina Cladera.

El expresidente del PP balear ganó su plaza de jefe de servicios, funcionario del cuerpo superior, en 1989 por concurso-oposición. Durante años disfrutó de una excedencia por servicios especiales, coincidiendo con la época en que fue president del Govern y ministro de Medio Ambiente.

En 2007 dejó la política activa tras perder las elecciones autonómicas y se marchó a vivir a Estados Unidos, donde trabajó para compañías privadas. En aquel período, que concluyó con su imputación en marzo del 2010 por el caso Palma Arena, el encausamiento y las medidas cautelares adoptadas contra él, entre ellas la retirada del pasaporte y la prohibición de salir de España sin permiso, le hicieron perder su trabajo en Estados Unidos.

En 2010 se especuló con que Matas se iba a reincorporar a una plaza de jefe de servicios en el Govern, no a la suya porque ya había perdido la titularidad. El expresident optó por afincarse en Madrid y dedicarse a asesorías privadas.

Matas vendió su palacete de la calle San Felio para adelantar parte de la responsabilidad civil del caso Nóos y también perdió otra vivienda en La Rambla como consecuencia del proceso judicial del Palma Arena.

Ahora, y cercana ya la edad de jubilación, Matas ha perdido su plaza de funcionario público.