El dos veces expresidente del Govern Jaume Matas ha iniciado una táctica de sellar pactos con la fiscalía anticorrupción por algunas de las piezas separadas del Palma Arena de menor importancia, pero todavía tiene pendientes dos juicios por los casos Over y Son Espases donde se enfrenta a elevadas penas de prisión.

La estrategia de Matas ha sido eludir las condenas privativas de libertad a cambio de declararse culpable de prevaricaciones, delitos que únicamente llevan aparejadas condenas de inhabilitación.

Esas penas de inhabilitación se han traducido en la pérdida de su condición de funcionario, una plaza que Matas no ocupaba y a la que difícilmente se iba a reincorporar, dado que reside en Madrid hace años.

La inhabilitación también impide ocupar cargos electivos, pero Matas ya abandonó la política en 2007 cuando se trasladó a vivir a Estados Unidos y tras sus condenas su carrera en ese ámbito está más que finiquitada.

En las tres piezas separadas del caso Over, que serán juzgadas en una única vista oral, Matas se enfrenta a una dura condena de privación de libertad por, supuestamente, dar a dedos contratos públicos a su publicista de dos campañas electorales, Daniel Horacio Mercado.

Este acusado ha reconocido que pactó con Matas servicios electorales en negro, regalados o rebajados, a cambio de suculentos contratos publicitarios en administraciones regidas por el PP.

En el caso Son Espases, la exconsellera de Sanidad Aina Castillo ha admitido que recibió de Matas las instrucciones de dar el concurso del hospital público a la oferta de Villar Mir, que finalmente no ganó la adjudicación.

Matas se ha proclamado inocente en ambas causas, pero también busca un pacto que le garantice condenas leves.