"Eh, soy Jose, avisa a la peña que ponga IB3". José Manuel Reina todavía no se lo podía creer. Lo vio por la televisión en el trabajo, fue a casa a revisar su décimo y aún tenía dudas cuando llegó a la administración de lotería: "¿Sí, no?". Sí. El número 53 que siempre había jugado le dio a este trabajador de 47 años del Club Náutico del Arenal de Llucmajor una alegría para acabar el año. Fue uno de los agraciados de la lotería de Navidad con un quinto premio, valorado en 6.000 euros.

Eran ya las 13.25 y Pepi Enrique, la dueña de la administración 61.230 ubicada en la calle Berga del Arenal, no lograba recordar a quién le había vendido el número 22253, premiado con un quinto. "Como ahora son de máquina, los das según te los van pidiendo", explicaba. "Seguramente el que lo tenga vendrá esta tarde", pronosticaba. Pero no. Fue decirlo y cruzar la puerta José Manuel Reina: "¿Sí, no?". "¿Lo tienes tú?", le respondía la dueña de la administración. Y a partir de ahí, empezó a recordarlo todo. José Manuel Reina siempre le pide la terminación 53, y a poder ser, 853. Pero no estaba. Así que Pepi Enrique le dio el 22253. Y menos mal. Gracias a eso, José Manuel Reina tendrá 6.000 euros más para pasar estas fiestas.

"Siempre está bien un pellizquito para pasar unas buenas fiestas", celebraba, mientras los vecinos del barrio se asomaban para ver quién era el agraciado: "Hombre Jose, me alegro por ti". Su mujer, Ángela Crespo, que salió disparada a buscar el décimo, no podía evitar llorar. "Siempre mejor llorar de alegría", le decía Pepi Enrique. Celebrando el premio y atendiendo a los medios, a José Manuel Reina le entró la prisa: "Es que me he escapado del trabajo. Y tengo que volver que tenemos un banquete".

No hay quinto malo

El estanco de la calle Amargura número 7 de Manacor repartió ayer, cerca de las once y cuarto de la mañana, uno de los quintos premios del sorteo de la Lotería de Navidad. El 00580 fue el número agraciado con 6.000 euros al décimo. Solamente una persona fue esta vez la afortunada ya que el décimo fue expedido a través terminal, según ha señalado satisfecho el responsable de la administración, Jaume Mascaró, quien recordaba la tradición que tiene este estanco donde se pueden jugar a distintas loterías del estado pero que no vende décimos físicos de Navidad. Y es que uno de los números expedidos desde el estanco ha sido el ganador de distintos quintos premios durante los últimos cinco años. Varios curiosos acudieron al lugar para interesarse tanto por el lotero como por la identidad del premiado.

El bar y administración Delfín de la Colònia de Sant Jordi (municipio de ses Salines), vendió un quinto premio. Este punto de venta está activo desde hace más de 40 años y en la actualidad es regentado por Cecília Huguet. Ayer celebró por todo lo alto el haber agraciado a un residente, 'balearico' por más señas con el 58808, expedido al azar en la tarde del día anterior al sorteo. Este residente afortunado se dejó ver por el bar aunque ante los medios de comunicación prefirió no revelar su identidad. El bar Delfín hace tiempo ya pudo colgar un letrero de un segundo premio de la Lotería Nacional y otro de pleno al quince de la quiniela. Los rostros de felicidad fueron la tónica general de una jornada para el recuerdo en la que no faltó el cava.

A Palma también le sonrió la suerte, con otros dos quintos. El Centro Comercial Porto Pi se sumó a la fiesta gracias al número 22253, que deja 6.000 euros a un jugador anónimo. "Se ha vendido por máquina y desconozco quién es el afortunado", señaló Andreu Bover, responsable de esta administración, la 34. "Es un número feo, el 22253, hasta ahora, que ya puede ser considerado muy bonito", bromea Bover, "muy contento" de repartir el primer premio de lotería de Navidad de esta administración en sus veintidós años de historia.

Otro punto de Ciutat donde corrió el cava fue en la La Niña Bonita, la administración número 15 del barrio de la plaza de las Columnas, que repartió 300.000 euros entre sus vecinos, "todos gente trabajadora", según la lotera Penélope Rodríguez.