La edificación de viviendas de alto nivel y alejadas del poder adquisitivo de las clases medias y bajas se ha convertido en el principal motor de la construcción balear, que durante los nueve primeros meses de este año ha recibido una inversión de 1.214 millones de euros si se suma tanto la privada como la desarrollada por las Administraciones públicas, un 20,7% más que durante el mismo periodo del pasado año. Eso supone que el presente ejercicio se va a convertir en el quinto que se salda con una evolución positiva en el sector, "en el que el empleo se crea con tanta facilidad como con la que se destruye", según se insiste en recordar desde la patronal que agrupa a estas empresas en el archipiélago.

Si se analiza la evolución de la inversión privada, ésta asciende entre enero y septiembre de este año a 950 millones de euros, según los datos facilitados por la asociación de constructores de Balears, lo que implica una subida del 25% respecto a las mismas fechas del pasado ejercicio. En el caso de la inversión pública, su valor se ha situado en los 264 millones, con un alza del 7,6%.

Volviendo a la actividad privada, la inversión destinada a la edificación residencial aparece como el principal motor del sector en la actualidad, al alcanzar un valor de 637 millones de euros y un aumento del 27,6% (en Mallorca este importe supone 459 millones y una subida del 22,3%). Este dato tiene una especial relevancia porque el número de viviendas visadas crece en las islas solo un 7,7%, frente al alza del 27,6% de su valor, lo que refleja el enorme peso que en estos momentos tiene el desarrollo de inmuebles de alto precio.

Clases medias "olvidadas"

La gerente de la citada patronal sectorial, Sandra Verger, pone de relieve el problema que estos datos reflejan: los isleños de clase alta tienen mucho producto nuevo a su disposición, mientras que los de clase baja disponen de ayudas de la Administración, como el acceso a viviendas públicas de alquiler, aunque sean claramente insuficientes. Pero las clases medias se ven "olvidadas" y se enfrentan a "grandes dificultades" para acceder a una residencia.

La inversión dedicada a las instalaciones turísticas (con un enorme peso de las reformas hoteleras) alcanza en esos nueve meses un valor de 250 millones de euros en el conjunto del archipiélago, con un incremento del 13,8% si se compara con el dato de 2016 y del 30,8% si se hace en relación a 2015. En el caso de Mallorca, ese importe es de 195 millones de euros y la subida es aquí del 27%.

Este fuerte impulso se explica por la ejecución de los últimos proyectos en los que se contaba con la ventaja de poder ganar alturas en el hotel si se elevaba la categoría a las cuatro estrellas. Sin embargo, esta inversión comienza a presentar algunos síntomas de agotamiento: en Eivissa y Formentera aparece ya un descenso del 52%. La patronal augura un paulatino recorte en este tipo de reformas.

La evolución de la construcción en campos como el comercial o el industrial también es muy positiva, con un crecimiento del 50% respecto al pasado ejercicio, al alcanzar los 50 millones de euros.

Finalmente, la inversión pública se ha situado en los 264 millones de euros, con un alza del 7,6%. Esta mejoría se explica por las obras realizadas por los Consells Insulars y los Ayuntamientos, que han dedicado 125 millones de euros con un aumento del 105%. Por contra, las realizadas por el Estado descienden un 19,7% y las de la Comunitat Autònoma un 35,8%.

Para 2018, la patronal espera que se mantenga la inercia positiva a comienzos de ese ejercicio, pero recuerda el peligro que supone la moratoria comercial anunciada por el Consell de Mallorca, o la suspensión de licencias de Calvià, al igual que la de Palma para los hoteles boutique.