Quizás fue por el chupa-chups del que habló Jaume Font o porque la diputada socialista Silvia Limones se pudo permitir repartir "caramelitos" a la oposición, pero superado el resacón de la dimisión de Biel Barceló por su viaje al Caribe y la tensión por el nombramiento de Bel Busquets, el debate de presupuestos está resultando dulce para el Pacto. Muy dulce.

PSIB, Més y Podemos votando en bloque, sin fisuras, sin reproches, sin enmiendas colgadas que puedan reventar las cuentas. Y todo, en buena parte, por un Podemos irreconocible. No porque, en un intercambio de papeles, el martes fuera el partido morado quien acusara de "populistas" al PP por no querer destinar tanto dinero a pagar la deuda, sino porque ya no hay críticas a sus socios, sólo satisfacción. Donde en las últimas cuentas se retiraba sobre la bocina una enmienda a Educación por los barracones y llegaba viva al pleno otra para liquidar la Agencia Balear de Turismo (ATB); ahora el Govern respira aliviado sin ninguna enmienda de calado.

Todo ello no pasó por alto al portavoz del Pi, Jaume Font, convertido en azote de Podemos. Después de que el diputado podemita Carlos Saura llegara a convertir a la presidenta Francina Armengol en Rey, la protagonista de la nueva trilogía de Star Wars, el debate de los presupuestos de Medio Ambiente sirvió ayer al pobler para meter baza: "A ustedes les han comprado con un chupa-chups. Chapeau para el PSIB que ha sabido engañarles con un chupa-chups. Ni una sola enmienda potente de Podemos", señaló Font, en una primera nota golosa.

"Un chupa-chups de 1,3 millones", cuantificó el diputado David Martínez sólo las enmiendas de Podemos incorporadas en las cuentas de Medio Ambiente. No obstante, los podemitas tienen su dosis de azúcar -por seguir con la analogía- desde que se acordó destinar 50 millones a vivienda pública, con lo que garantizaron su apoyo a los presupuestos.

Así que lo dicho: está resultando dulce. Y del chupa-chups, al "caramelito". La diputada del PSIB Silvia Limones, cogió el guante a Font, y le ofreció "no un chupa-chups: el voto a favor de los socialistas a una enmienda de El Pi para la finca de ses Cases d'Abarca, que el diputado de Més, Josep Ferrà, ya se había ofrecido a transaccionar con Font.

Precisamente, Ferrà, que sólo lleva dos meses en su escaño tras relevar en Més a Margalida Capellà, hizó ayer una confesión. El diputado aseguró que desde su escaño "en el gallinero" no puede ver bien las indicaciones del portavoz de su grupo David Abril sobre el sentido de voto en el pleno. Pero compartió su truco: "No me hace falta, veo bien a Prohens [la portavoz del PP] y si ella dice que hay que votar a favor yo voto en contra y si dice de votar en contra yo voto a favor", zanjó Ferrà una de sus intervenciones desde tribuna. La respuesta se la dio la popular Coia Sugrañes: "Normal que mire a Prohens antes que a Abril, ella es mucho más guapa", ironizó la alcaldesa de Alaior en un comentario que recibió gritos de "machista" en los escaños del Pacto.

Con Font de nuevo en la tribuna, el presidente del Parlament, Balti, hizo un anuncio que arrancó los aplausos de los diputados: no se hizo receso para comer para acabar el debate más pronto. Font, que el día anterior intervino para pedir tener en cuenta a los trabajadores del cátering contratado, se anotó el gol.

Precisamente, en el cátering siguieron los dulces. No hubo chupa-chups ni caramelitos, pero el menú incluía turrones y gató.

"La consellera menos mala"

Pero para dulce, el debate de los presupuestos de Servicios Sociales. Si la consellera Fina Santiago fue torpedeada en Més para que no fuera vicepresidenta del Govern, ayer en el pleno el resto de partidos por poco le hacen el pasillo. Con la prohibición de los toros suspendida por el Constitucional, la consellera podría haber salido a hombros del hemiciclo.

Las cuentas de Santiago fueron las únicas que no encontraron ayer enmienda a la totalidad. El PP retiró la suya a última hora con un aplauso de la bancada del Pacto: "No sé si aplauden a la consellera o al PP", bromeó la diputada Sandra Fernández. Desde la tribuna, el portavoz de Més, David Abril, señaló que la falta de enmiendas a la totalidad "demuestra la buena gestión de Santiago".

"El resto de consellers se lo ponen fácil para que la consideremos la menos mala", afirmó la diputada Fernández, en lo que podría entenderse como un eufemismo para decir que es la mejor.