Unas ciento cincuenta personas abuchearon ayer por la mañana en la puerta de los juzgados de Vía Alemania de Palma al juez y el fiscal del caso Cursach, Manuel Penalva y Miguel Ángel Subirán, respectivamente, a los que acusaron de corrupción en la instrucción de dicha causa y para los que reclamaron una investigación en el Tribunal Superior de Justicia. Los concentrados no mencionaron en ningún momento al magnate de la noche, que permanece encarcelado desde principios del pasado marzo acusado de un rosario de delitos.

La manifestación, convocada por el abogado Vicente-Coco Campaner, fue la segunda movilización en unas semanas contra los investigadores del caso Cursach. El acto se inició pasadas las diez de la mañana e inicialmente reunió a unas cien personas. Minutos después los concentrados rondaron los 150.

El juez y el fiscal habían salido a tomar un café a un bar de las proximidades de Vía Alemania y cuando regresaron se toparon con la protesta. Los concentrados, entre los que se hallaba un hijo de Bartolomé Cursach, prorrumpieron en silbidos y abucheos al ver a los investigadores. La cosa no fue más allá.

Durante las más de dos horas que duró la protesta un dispositivo de la Policía Nacional y de la Policía Local veló por el orden y reguló el tráfico para causar las mínimas molestias a los transeúntes. Los manifestantes, al igual que en la primera convocatoria, se dirigieron a la puerta del Tribunal Superior de Justicia, donde estuvieron entre las once y las doce de la mañana protestando por lo que valoran como una instrucción sesgada del sumario.

Acto ruidoso

Los concentrados portaban una pancarta grande con el lema "Corrupción en el juzgado de instrucción". Otros manifestantes portaban pequeños carteles con frases como. "¿Quiénes son los honrados'"; "Con mentiras, familias destrozadas", "exigimos investigación y no manipulación""stop espeluznante situación" o "Evole [el periodista de la Sexta] investiga esto". Pero básicamente los manifestantes se dedicaron durante más de dos horas y media a una sonora protesta, con silbatos, un tambor, bocinas y música de la película "Titanic" salida de un megáfono.

Pocos eslóganes corearon los reunidos a lo largo de la mañana y esas palabras resultaron crípticas para los ajenos a las entretelas del caso Cursach.

"Igualdad, igualdad" y "volveremos", fueron algunos de los gritos que se escucharon en la puerta del Tribunal Superior, fuertemente custodiada por los policías nacionales. "Que se investigue a Penalva y Subirán", fue uno de los lemas lanzado en la cera de enfrente de los juzgados de Vía Alemania.

El permiso dado a los convocantes del acto especificaba que los manifestantes no podían concentrarse delante de la puerta de la sede judicial (sí en la acera de enfrente) y mucho menos acercarse al despacho de Manuel Penalva, muy próximo al punto de encuentro.

Las alusiones a la "igualdad" hacían mención a lo que los manifestantes valoran como un trato de favor a Penalva y Subirán, contra los que Campaner y el también letrado José Ignacio Herrero, presentaron una querella (inadmitida por el TSJB) por varios delitos relacionados con la instrucción de la macrocausa contra Cursach y más de medio centenar de imputados, entre ellos muchos policías locales y los políticos José María Rodríguez y Álvaro Gijón.

Recurrir la inadmisión

Vicente Campaner, el abogado convocante, informó ayer de que van a recurrir la inadmisión a trámite de la querella por parte del Alto Tribunal.

El joven letrado fue muy crítico con jueces y fiscales en general y calificó de "indecente" la no admisión a trámite de la querella. "La gente está indignada con la decisión del TSJB y por eso nos manifestamos hoy. No vamos a ceder: Vamos a coser a querellas a Penalva y Subirán porque tenemos más pruebas".