En cualquier debate de Més sobre su candidato en 2019, solo aparecen tres nombres: Toni Noguera/Miquel Ensenyat/Fina Santiago. Fuera de esta terna, la nada. Si ya es insólito que un partido político en Mallorca lo lidere una pareja de generales -David Abril y Bel Busquets-, más extraña que ningún militante confíe en uno de los dos como cabeza de lista. "David se retira, y Bel... es buena persona, pero Bel no puede ser la número uno. Todo el mundo lo ve", se zanjaba el asunto por unanimidad. Toca hablar en pasado, porque todos los que hasta ayer menoscababan la capacidad para gestionar de Busquets, de repente han descubierto a una primera espadaprimera espada. La de Algaida no solo es ahora la mejor para ocupar la vicepresidencia del Govern, porque "ya veréis como lo hará bien", sino que es una extraordinaria número uno para barrer al PSIB y a Podemos en las próximas autonómicas.
En este paripé que hemos vivido desde que el jueves Biel Barceló se quedó solo, y la presidenta ganaba 24 horas para digerir que iba a claudicar sí o sí, Armengol se jugaba la tranquilidad de tener un número dos en sintonía con el resto de gabinete. Mientras, Més ha librado su guerra de sucesión intestina.
La fórmula que muchos vieron para sustituir a Barceló -Fina Santiago, vicepresidenta; Josep Mallol o Joanaina Campomar, conseller/a de Turismo- quedó abortada en la misma noche de autos. Tras la terapia de grupo, el jueves en torno al caído Barceló, empezó el aquelarre contra Santiago. No se tuvo ni el detalle de finiquitarla en la calle Antillón, se la hundió en la sede de su formación de la calle General Riera.
Con la habilidad y astucia de quienes se han curtido en el PSM de antaño, el petrer Joan Font y la pollencina Campomar -con la anuencia de Ensenyat y la oposición pasiva de Noguera- mandaron a su casa a la consellera de Servicios sociales. El vicepresidente dimitido se puso de perfil, y cual Poncio Pilatos bendijo la ejecución de su sempiterna protectoraejecución de su sempiterna protector. Barceló se vengaba de Santiago tras no perdonarle esta vez su última ocurrencia, el viaje gratis a Punta Cana.
Quizás Busquets no termine siendo definitivamente la candidata, y solo guarde el turno a Ensenyat. De momento la han puesto de vicepresidenta para examinarla como candidata. Tendrá suerte si para entonces aún existe el Pacto.
