Test rápido: piense en las empresas tecnológicas que dominan el mundo ahora mismo. Amazon, Facebook, Apple... Ahora piense en los famosos conocidos del sector. Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos...

¿Le ha venido a la cabeza alguna mujer? En la primera línea de las compañías que ahora manejan el cotarro, no hay ninguna a la que se le reconozca lo suficiente como para haber alcanzado el estatus de pseudo celebrities que sí tiene el fundador de Facebook.

"La tecnología gobierna el mundo y las mujeres no están presentes". Ésa es la 'respuesta-advertencia' que da Loren Carrasco, directora de la Escuela Politécnica Superior de la UIB, cuando se le pregunta por qué hay que fomentar que más chicas se apunten a las ingenierías. "Estas empresas marcan tendencias y comportamientos ¡y las mujeres están desaparecidas!", se lamenta.

La falta de referentes femeninos en el mundo de la tecnología no ayuda a que las chicas se apunten a carreras como Ingeniería Telemática, Industrial o Informática, donde representan menos del 15% del alumnado. En Matemáticas sí han aumentado y ahora las mujeres son la mitad de los estudiantes; en Ingeniería Agroalimentaria y en Edificación están entre el 20 y el 30%.

A la falta de ejemplos de mujeres potentes en la industria tecnológica, se suma el esterotipo de informático freak-nerd. De tipo raro, antisocial. Un poco al estilo de los personajes al inicio de la serie The Big Bang Theory.

Así lo cree Carrasco. Esa imagen, deplora, daña el interés de los jóvenes por la Ingeniería Informática, especialmente entre las chicas. Antes había más mujeres en este estudio, pero a partir del curso 2010-2011 la cifra pegó un bajón abrupto y ha seguido cayendo, hasta un 40%.

A Paula Corró siempre se le habían dado bien las matemáticas y sabía que quería estudiar este grado. Pero tras una charla de orientación a la que asistió en la Universitat se animó a hacer el doble grado de Matemáticas e Ingeniería Telemática: "Me decían que estaba loca".

En Telemática "no somos ni diez chicas en clase", indica. En el Bachillerato científico-técnico eran cuatro: "Se hace ver que este camino y la ingeniería es más para chicas que para chicos", considera. Confirma que no hay muchas mujeres conocidas en el sector, pero también cree que es una cuestión de gustos.

"Siempre hemos visto que cuando viene un técnico a arreglar algo es un hombre", apunta Marina Marzo, "y en las casas suelen ser los padres los que arregan las cosas, los problemas con el ordenador...". En su caso, tanto su abuelo como su padre se dedicaron al sector de las telecomunicaciones. Referentes femeninos: cero.

Todas sus amigas de Bachillerato se inscribieron en Biología, una salida que Carrasco ha visto que los institutos suelen proponer a las chicas que no se decantan por estudios de Salud, Educación, Sociales o Humanísticos (donde son mayoría). Marina eligió Ingeniería Telemática: "Le veía más futuro".

Ahora, cuatro años después, es la superviviente de su promoción: de las nueve alumnas que empezaron (en una clase de 50), ella es la única chica que ha llegado a 4º habiéndolo aprobado todo. El resto, chicos. Recuerda que en primero las jóvenes trataban de "hacer piña". Ahora es "uno más".

Enfoque diferente

La directora de la EPS sostiene que las mujeres aportan un enfoque diferente y necesario a la tecnología, y, según ha visto por el tipo de temas que eligen para investigar y hacer sus trabajos, ellas tienden a impulsar proyectos con una perspectiva "más social", promoviendo soluciones tecnológicos para cuestiones de salud o medio ambiente, asegura.

Marina por ejemplo aún no tiene claro por dónde quiere tirar cuando se gradúe, pero ahora le atrae más todo lo que se refiere a la organización, planificación y gestión de proyectos: una parte más social de la ingeniería, que implica trabajar y relacionarse con gente, más que estar trabajando a solas con un ordenador.

También cree que sí hay cierta diferencia en cómo se enfrenta a los problemas respecto a sus compañeros: "Ellos lo tienen más claro, en seguida saben por dónde atacar, son más cuadrados; yo le doy más vueltas y a veces encuentro una solución diferente a un problema y otras veces llegamos todos al mismo sitio". También ha visto diferencia entre sus profesores y sus profesoras: cree que ellas hacen clases más participativas.

Carrasco apunta que el porcentaje de abandono (que en la EPS está entre el 30 y el 50% según los estudios) es menor entre las chicas. También ha visto que, por lo general, las estudiantes son más organizadas y constantes. Eso no quiere decir que, como a veces se asocia, ellas saquen la carrera por ser 'trabajadoras' y ellos por ser 'inteligentes': "Ellas además, aportan ese plus de trabajo".

Esta alumna de 4º señala, como ha oído en diferentes ocasiones, que "las empresas buscan ingenieras porque tienen una visión diferente" y confía en que no sea verdad eso que también ha oído por ahí: que ellas cobran menos que ellos (también en este sector).

Loren Carrasco no cree que exista esta diferencia salarial. Y señala que precisamente quiere aumentar la presencia femenina en carreras como Ingeniería Telemática o Informática porque tienen una tasa de paro casi inexistente y suele implicar unas buenas condiciones de trabajo . Y si no hay ingenieras que las empresas puedan contratar, toda esa parte suculenta del mercado laboral se lo quedan los hombres.

Precariedad femenina

Los datos del paro de los últimos años prueban que la precariedad se está cebando con las mujeres.

Hasta ahora el paro masculino y el femenino han tenido un volumen similar, pero en los últimos años las mujeres están perdiendo la partida: el pasado agosto se cerró con medio millón más féminas que de varones en el paro. La mayoría de contratos a tiempo completo son para ellos y no para ellas.

Y en este panorama no especialmente halagüeño, ahí está un sector, el tecnológico, que busca titulados en general y mujeres tituladas en particular.

"Si hubiera más mujeres en el sector tecnológico, la inversión no iría toda hacia el mismo lado", remata la directora de la Escuela Politécnica. Por ejemplo, menciona el caso de la Informática: "Con más chicas, no habría tantos videojuegos: el 90% de los chicos que empiezan quieren dedicarse a eso". Loren Carrasco cree que una mayor presencia femenina en el sector tecnológico traería al mundo "a diferentes avances".

Si la tecnología mueve el mundo, más de la mitad de la población mundial no debería quedar al margen.