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Lletra menuda

Negociación degradada en imposición

El Pacte de Govern se esmera en recaer sobre los errores que había prometido evitar. Més es el principal artífice del empeño en dificultar la gobernabilidad doméstica, un esfuerzo que resta tiempo y esfuerzos al buen gobierno de lo colectivo, real y necesario. Los econacionalistas ya han superado a Podemos en ese capricho de mover la silla. Més la abandona por torpeza de novato que alardea de intransigente y experto.

De la coordinación a la imposición, al pulso de fuerzas sin mirar más lejos que la nariz del adversario. En ese proceso de degradación estamos. El Govern con autoetiqueta de cohesión sigue encerrado en sus comportamientos estancos, hoy con Més como principal actor y un PSOE que se las ve y desea para hacer valer su liderazgo y su mayor peso parlamentario. Podemos tampoco quiere perder el interés de los focos.

A este paso, la inevitable renuncia de Biel Barceló adquirirá mayor relevancia por la mala administración de sus consecuencias, antes que por el incumplimiento de los códigos éticos del Govern por parte de vicepresidente dimisionario. Se imponen las cuotas políticas por encima de la preparación técnica, la experiencia o el conocimiento de la materia en un sector tan vital como el turismo y un cargo de primer orden como la vicepresidencia. Més permanece en la inmovilidad que ya le ha hecho perder algunas alcaldías por incapacidad negociadora. También por su miedo al liderazgo. Esta ha sido la causa que en parte ha llevado a la perdición a Biel Barceló y el motivo por el cual el PSM quiere mandar a Bel Busquets al Govern para que vete el paso a Fina Santiago. Alguien deberá ceder. La inestabilidad no puede ser crónica. Mejor si lo hacen ambas partes.

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