Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

Adiós al gran animador de la legislatura

A cualquier mallorquinista le enorgullece que todo un vicepresidente del Govern viajara hasta Punta Cana para cantar las bondades de la gloriosa temporada del Real Mallorca en Segunda B.

A cualquier mallorquinista le enorgullece que todo un vicepresidente del Govern viajara hasta Punta Cana para cantar las bondades de la gloriosa temporada del Real Mallorca en Segunda B. Las críticas de Fina Santiago solo se justifican por su desconocimiento del mundo del fútbol y porque nadie le ha explicado lo inaudito que resulta que Maheta Molango haya conseguido perpetrar al fin un proyecto deportivo exitoso.

Barceló fue hasta ayer el gran animador de una legislatura intrascendente por culpa de un Govern improductivo y una oposición perezosa y complaciente. Los contratos asignados a dedo a su amigo Jaume Garau y su ojo clínico a la hora de elegir a futuros imputados como colaboradores de confianza han estimulado una tediosa vida parlamentaria.

La acción política de Barceló será recordada en clave de negación: no quiso ser presidente del Govern y no vio la saturación turística. Sí aceptó una invitación para viajar a Punta Cana para ejercer de comentarista deportivo y hombre-anuncio. Seguro que antes de enfundarse el polo de Air Europa preguntó a Juan José Hidalgo por qué este invierno ha ofrecido menos plazas para volar entre las islas pese a que ha aumentado la demanda.

A Barceló no se le puede reprochar que le guste más el fútbol que el turismo. ¿A quién no? El problema ha sido el desprecio que ha mostrado por el código ético de su partido y por los ciudadanosdesprecio que ha mostrado por el código ético de su partido y por los ciudadanos, siendo reincidente en ambos casos. Al fin se libra de sus pesadas responsabilidades un político que nunca debió pasar de la oposición a la acción.

Compartir el artículo

stats