Bartolomé Cursach seguirá en prisión. Su abogado no ha conseguido convencer al tribunal de la Audiencia de que las circunstancias que motivaron su ingreso han cambiado.

El tribunal considera que esas mismas circunstancis persisten todavía y que Cursach puede huir, de ahí que le deniegue la libertad incluso bajo fianza.

La decisión de la Audiencia, en este caso, no ha sido unánime. Una de las magistradas discrepa con sus compañeros y no porque considere que los delitos por los que se investiga al empresario no tengan gravedad, sino porque entiende que en estos momentos no existen motivos suficientes que justifiquen su estancia en prisión.

Por ello, la magistrada, que ha dictado un voto particular, propone la posibilidad de "una fianza millonaria acorde con su capacidad económica", además de la obligación de comparecer cada día ante un juez, la retirada de su pasaporte e incluso la prohibición de que salga de Mallorca. Sin embargo, todas estas medidas no se van a aplicar porque el resto del tribunal no está conforme y en este caso se ha impuesto el criterio mayoritario, que es que Cursach siga en prisión, frente al minoritario que apostaba por la libertad bajo fianza.

Una de las razones por las que el juez Penalva decidió rechazar la libertad de Cursach es que sospecha que el empresario estaría detrás de los episodios de amenazas y coacciones que han sufrido algunos testigos.

Este argumento fue contrarrestado por la defensa, señalando que al empresario no se le ha acusado de ninguno de estos episodios de amenazas.

El tribunal, sobre este punto, señala que es cierto que a Cursach no se le ha investigado por ninguno de estos hechos, "probablemente por la dificultad a la hora de encontrar prueba de cargo suficiente relativa a la existencia de órdenes expresas en tal sentido por parte de dicho investigado". Y en este sentido, insiste el tribunal que "es igualmente cierto, y es un dato que no puede obviarse, que a quien beneficia este tipo de actuaciones es, precisamente, al investigado, que es conocedor de que esta causa se sostiene en buena medida en la declaración de los testigos".

También explica la Audiencia que "existen otros datos que conducen a considerar que el riesgo de atentar contra las fuentes de prueba subsiste. Es razonable pensar que quien constituye la cabeza del grupo no va a ir personalmente a realizar los actos de hostigamiento".

Asimismo, el tribunal de la Audiencia señala que "el riesgo más grave al que se enfrente en la actualidad la instrucción se refiere a la necesidad de proteger la propia instrucción de la causa".

Aunque los jueces creen que el riesgo de reiteración delictiva y la posibilidad de fuga se ha ido mitigando con el paso del tiempo, también afirman que este riesgo no ha desaparecido del todo.