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Senderismo

El tesoro turístico de la montaña

Un estudio constata el potencial del turismo sénior excursionista, caracterizado por estancias prolongadas y un gasto notable

Un grupo de excursionistas recorre un itinerario costero de la isla.

En los márgenes de la temporada turística, fuera de la saturación veraniega, le llega el turno a un tipo de turismo de botas, bastones para caminar y forro polar; una cuota de mercado aún minoritaria, pero de gran valor cualitativo. Lo atestiguan el nivel de sus días de estancia, su poder adquisitivo y el positivo impacto económico en zonas rurales. El turismo de senderistas, como lo saben bien en zonas de la isla como la Serra de Tramuntana o en núcleos como Peguera (Calvià), es un activo a explotar en estos tiempos en que se habla de la necesidad de diversificar el producto.

Éstas son algunas de las conclusiones a las que llega el estudio ‘El turismo activo sénior: el caso de Balears’, que está incluido en el Anuari de l’Envelliment de la UIB de este año y cuyos autores son Francisco Rejón Guardia, Maria Antònia García Sastre y Margalida Alemany Hormaeche. Una de sus ideas básicas es la siguiente: “Promover la actividad del hiking (excursionismo) en el segmento sénior, durante la temporada baja, que coincide con unas condiciones climáticas más apropiadas para la práctica del hiking, permite no solo desestacionalizar el destino, sino atraer a un tipo de turismo activo que en promedio gasta más y que se encuentra más satisfecho”.

Un turismo “más activo”

El senderismo es un producto muy atrayente para el mercado sénior; un mercado que, como recuerdan los autores del informe, a la hora de decidirse a viajar tiene muy en cuenta ítems como “la salud, el bienestar y un turismo más activo”, de acuerdo a las conclusiones a las que ha llegado la propia Comisión Europea.

Para analizar la realidad de este mercado, los investigadores tomaron como muestra las entrevistas a 238 excursionistas en la Serra, dividiendo entre dos grandes grupos de estudio: los mayores de 60 años (los séniors) y los de otras edades.

La mayoría (el 62,5%) eran turistas nacionales, mientras que el 37,5%, extranjeros. Dentro de los foráneos, éstas fueron las nacionalidades predominantes: alemanes (50%), galeses (7,7%), suizos (5,8%), ingleses (3,8%) y holandeses (1,9%). Por lo general, concluye el informe ‘El turismo activo sénior: el caso de Balears’, la estancia media de los senderistas (hikers, en inglés) es de 6,6 días y la mayoría de ellos (el 55,8%) efectúa un gasto medio que oscila entre los 601 y los 1.500 euros, mientras que el 18,3% situó ese dispendio entre 301 y 600 euros. Todos estos parámetros se incrementan notablemente cuando el análisis se centra sólo en el colectivo de hikers mayores de 60 años.

De esta forma, casi el 16% de los encuestados asegura gastar más de 1.001 euros durante sus vacaciones; porcentaje que es del 13% en el caso de los que sitúan el coste de las vacaciones entre los 601 y los 1.000 euros. Lo mismo pasa con el parámetro de la duración de la estancia. Según detallan los autores del estudio, los excursionistas séniors -que pueden disfrutar de más tiempo libre- pasan en la isla una media de 8,2 días, frente a los 5,3 días de los hikers más jóvenes. El índice de satisfacción con el destino, además, es superior en el caso de los mayores.

Todos estos argumentos llevan a los investigadores a concluir que, para “destinos maduros” como Balears, el promover el turismo de senderistas ayudaría a dinamizar los márgenes de la temporada al tiempo que permitiría potenciar un sector de alto valor añadido en términos de estancia y gasto.

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