Preguntado el director general del IB-Salut, Juli Fuster, en el transcurso de una rueda de prensa para informar sobre las listas de espera, sobre la gran demora para ser visitado por el especialista en una segunda visita, el alto cargo restó importancia a estas esperas subrayando que en esos casos el paciente ya se encuentra "dentro del sistema", bajo el paraguas protector del Servei de Salut.

Aunque quizá algunos pacientes que esperan más de un año una segunda visita con el especialista para que le interprete una analítica o le tranquilice sobre la evolución de su enfermedad no estén de acuerdo con esta percepción del director general del Servei de Salut y esperen con preocupación esta segunda consulta durante unos meses que se les hacen interminables.

Los responsables de algunos servicios médicos de Son Llàtzer lamentan que a los medios de comunicación se les "venda" los progresos en las listas de espera cuando en realidad solo se están contemplando dos variables: la demora para ser operado y para ser visitado por el especialista por primera vez.

'Peonadas' solo para primeras

"Por eso solo pagan como peonadas (actividad realizada fuera del horario laboral y remunerada como horas extra) las primeras consultas", lamentan los facultativos, que aseguran que muchos servicios acumulan esperas superiores al año para que sus pacientes accedan a estas segundas visitas.

"Y hay pacientes que esperan más, hasta un año y medio e incluso dos, dependiendo de lo apretadas que estén las agendas de los médicos especialistas", denuncian algunos de ellos. En concreto señalaron a los servicios de Cardiología, Urología, Neurología y Traumatología del hospital que atiende las necesidades sanitarias de la población del sector de Migjorn de la isla, unos 280.000 mallorquines.

Aunque no hay datos de demoras medias en las segundas visitas porque todos los servicios de salud sin excepción publican las listas de espera con datos de las primeras visitas y de las intervenciones quirúrgicas, sí resulta significativo que en dos de los servicios aludidos, el de cardiología y el de neurología de Son Llàtzer, incluso estas primeras consultas acumulan un considerable retraso.

Así, según los datos colgados en el portal de transparencia del IB-Salut, a finales del pasado mes de octubre el servicio de cardiología de Son Llàtzer tenía a 775 pacientes esperando una primera consulta con el cardiólogo, un 59,79% más que hace un año (485 pacientes aguardaban en octubre de 2016); 342 de ellos aguardaban desde hacía más de 60 días (113 en el mismo mes del año pasado) y la demora media para ser visitado se había incrementado en más de 20 días para situarse el pasado octubre en 62,43 días, por encima de los límites que marcará el decreto de garantía de demora cuando se reimplante el año que viene.

Y en neurología pasaba otro tanto de lo mismo: 444 pacientes aguardando, 72 de ellos más de 60 días, con una espera media de 31,20 días. Y todas estas variables susceptiblemente peores que hace un año.

Unas 1.500 consultas al día

El director gerente de Son Llàtzer, Francesc Marí, niega que no se hagan peonadas de segundas visitas y asegura que aproximadamente un 25% de todas las consultas externas fijadas fuera del horario laboral son para segundas consultas en las que el médico informa de pruebas diagnósticas. Y aporta más datos referentes a la actividad asistencial de Son Llàtzer: Cada año se realizan unas 340.000 consultas (unas 1.560 diarias, de lunes a viernes) de las que 140.000 son primeras y 207.000 segundas, lo que marca una ratio de 2,6 segundas por cada primera.

Estos datos permiten concluir al máximo responsable del hospital que los grandes retrasos en ser visitado por segunda vez por el especialista serían atribuibles a "fallos administrativos" en las citaciones.