Munar se acicala mirándose a la ventana junto al calabozo. Se peina y se alisa la rubia melena con la mano observando su imagen en el cristal. Un último retoque. Un último gesto de coquetería antes de salir a escena. Como solía hacer antaño en el Parlament o en el Consell de Mallorca, la exdirigente de Unió Mallorquina (UM) mantiene la compostura en todo momento. No pierde el control. Se prepara para desfilar por la Audiencia de Palma y sentarse de nuevo en el banquillo de los acusados. Con rostro serio, pero la cabeza alta, sabedora que es el penúltimo caso de corrupción al que se enfrenta y en esta ocasión sorteará la cárcel. Se sienta en el banco de madera ante el tribunal, mira al frente y espera a que la nube de fotógrafos y cámaras de televisión capte su imagen. Solo se aferra a un pequeño paquete de pañuelos de papel que agarra con la mano.

Maria Antònia Munar se declaró ayer al mediodía culpable de un delito de blanqueo de capitales y otro de prevaricación. La expresidenta del Consell de Mallorca y del Parlament, que lleva presa casi cuatro años y medio, aceptó en la Audiencia de Palma una pena de tres meses de cárcel que se sustituye por una multa de 9.000 euros, otra multa de 42.500 euros y el comiso de 17.000 euros, una quinta parte del dinero blanqueado, por el denominado caso Son Oms.

En total Munar deberá pagar 68.500 euros, muy lejos de los cerca de cuatro millones de euros y los seis años de prisión que reclamaba inicialmente la fiscalía anticorrupción. También se conformó con seis años de inhabilitación. El dinero será abonado a lo largo de esta semana.

Permisos penitenciarios

Así pues, este caso no conlleva cárcel para Munar, quien pronto podría beneficiarse de los primeros permisos penitenciarios, incluso estas Navidades. La exdirigente de UM, defendida por el letrado Gaspar Oliver, llegó al Palacio de Justicia sobre las doce y media del mediodía de ayer en un coche patrulla de la Policía Nacional. Munar, vestida con cazadora y pantalón oscuros y jersey y bufanda gris, fue conducida al calabozo con gesto serio y parecía tranquila. Su aspecto físico es mejor que el que ofreció en su última comparecencia en la Audiencia de Palma, en octubre de 2016, aunque sigue estando muy delgada y con el rostro demacrado.

Munar se confesó autora de un delito de blanqueo de capitales y prevaricación ante el tribunal de la sección primera. El diálogo se desarrolló en estos términos:

-El ministerio fiscal y la defensa han llegado a un acuerdo que usted ha suscrito- indicó el magistrado Diego Gómez-Reino.

-Sí, señor- contestó Munar.

-Le siguen acusando de los mismos hechos y siguen calificándolos como un delito de blanqueo de capitales y prevaricación. ¿Está usted de acuerdo con los hechos y con la pena?

-Sí, señor.

La fiscalía le retiró el delito de tráfico de influencias y apreció la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas, ya que la trama se gestó en 1998. También se acordó el comiso de una quinta parte de los 85.000 euros blanqueados, que son 17.000 euros. El fiscal tomó como base el precio de los terrenos de Son Oms en aquella época a finales de los años 90, antes de su recalificación, que sería de 85.000 euros y no después de la operación corrupta urbanística, en el que el valor de los solares se disparó alcanzando una cifra de unos cinco millones de euros.

El caso Son Oms, el primero denunciado por la fiscalía contra la exdirigente de la extinta UM versa sobre una serie de operaciones urbanísticas realizadas a través de una empresa pantalla para lucrarse con la recalificación de los terrenos del polígono cercano al aeropuerto de Palma. En el procedimiento estaban implicados el abogado Jaime Montis Suau y Maximiliano Morales, expresidente del Parlament, pero ambos fallecieron. También fue investigado Tomeu Vicens, exconseller insular de Territorio (UM), pero ya fue condenado a dos años de cárcel e inhabilitación por blanqueo y prevaricación por estos hechos.

Cesiones gratuitas del 15%

En su escrito de acusación, la fiscalía detalla que varios propietarios de solares de la zona de Son Oms simularon la venta de sus terrenos a una empresa controlada en la sombra por políticos de UM. Estos cargos exigieron a los dueños de las fincas cesiones gratuitas del 15 por ciento de sus inmuebles como pago para obtener una recalificación de los terrenos, gracias a sus influencias en el Consell de Mallorca. Así, lograron recalificar los solares y multiplicar de forma exponencial su valor. Incluso, por la posición de Vicens, Munar y Miquel Nadal consiguieron eliminar el límite de edificabilidad en la zona. De esta manera, los solares de los que se beneficiaron alcanzaron un valor superior a los cinco millones de euros.

Tras la revalorización de los solares, que pasaron de ser no urbanizables a urbanizables de uso industrial, los acusados se repartieron los beneficios obtenidos. La expresidenta del Parlament reconoció haber recibido más de 85.000 euros por las operaciones de Son Oms. El fiscal inicialmente cifró en 400.000 esa cantidad.

Munar suma condenas que ascienden a 14 años de cárcel, de los cuales once años y medio son firmes por los casos Can Domenge y Maquillaje. El proceso de ayer de Son Oms y el de Studio Media son los dos últimos que afronta la exdirigente de UM. El primero acabó en un acuerdo, mientras que el segundo, en el que hay ocho acusados por presuntamente contratar de forma irregular una empresa afín que debía encargarse de programas de radio a partir del año 2000 y que obtuvo más de tres millones de euros de fondos públicos, se suspendió. Se señaló una nueva vista para el 11 de diciembre para dar más tiempo a las partes para negociar y tratar de alcanzar una conformidad. Munar al final regresó de nuevo a prisión.