La Audiencia Provincial de Palma ha acordado la reapertura del caso Minerval, en el que se investiga al catedrático de la UIB, Pablo Vicente Escribá , por una presunta estafa al comercializar un fármaco contra el cáncer cuando aún se encontraba en fase experimental. El Tribunal considera que debe investigarse el precio que pagaban los enfermos por el medicamento y cuánto de ese dinero iba a parar a Escribá.

La Sección Segunda de la Audiencia ha estimado el recurso interpuesto por la fiscalía contra el archivo de la causa dictado por el titular del juzgado número 9 de instrucción, Enrique Morell, y revoca dicha resolución únicamente respecto a Escribá.

Morell resolvió el pasado mes de septiembre archivar de la causa al entender que no existían indicios de delito en la actuación de Escribá. En su resolución, destacaba que los compradores del Minerval eran personas con estudios y que no hubo engaño sobre la supuesta naturaleza curativa del cáncer de este medicamento.

El Tribunal confirma que no hubo engaño relevante en la información facilitada sobre el producto, su naturaleza y sus propiedades. Sin embargo, considera que debe aclararse la relación entre el coste de medicamento, el precio al que se vendió a los enfermos de cáncer y las cantidades que recibió el profesor Escribá y a qué se destinó ese dinero. En este sentido,los magistrados recalcan que los afectados entregaron "importantes cantidades" por el producto. "Debemos conocer si ello se obtuvo de una forma justificada, amparada en el coste del mismo o bien ofreciendo información inveraz sobre su precio de adquisición", reclaman. "Sólo despejando la proporcionalidad respecto al coste de la sustancia y el destino final de los fondos obtenidos" se podrá llegar al archivo de la causa, aseguran.

El auto recoge un resumen de las declaraciones de 18 supuestos defraudados, todos ellos enfermos de cáncer o familiares de afectados por la enfermedad, de cómo supieron de la existencia del producto, cómo lo obtuvieron y cuánto dinero aportaron, cantidades que oscilan entre los 350 y 18.000 euros.

El tribunal concluye que Escribá informó verazmente sobre el producto y no le atribuyó "cualidades falsas" pero precisa que el auto de archivo de la causa no dice nada sobre "el provecho que obtenía el imputado con la venta del ácido 2-hidroxoleico, conocido como Minerval, y que no puede saberse el precio real de la sustancia entregada a los interesados".

Los jueces destacan que tras la investigación se conocen las cantidades ingresadas a la Fundación Marathón primero y a la entidad Begafarma después, pero se desconoce "el destino dado a las mismas y la relación existente entre el precio de la sustancia en origen y lo abonado como donación por los interesados", a requerimiento de Escribá.

El precio del producto se redujo sustancialmente cuando se encontró un laboratorio en España que lo sintetizaba, según detallan los jueces, ya que antes se importaba de Estados Unidos. "Pero en todo lo relativo a precios y destino de las cantidades abonadas, no apreciamos que haya avanzado lo suficiente la investigación como para poder concluir, respecto a éste tema, que procede el sobreseimiento", afirman.

El caso Minerval estalló el pasado mes de abril, cuando la Policía Nacional detuvo a Pablo Vicente Escribá por vender Minerval, un fármaco contra el cáncer que aún se encontraba en fase experimental. Ante el juez Morell, Escribá defendió las bondades del medicamento, aunque aseguró que nunca había dicho que pudiera curar el cáncer, y aclaró que no se había enriqueció con la venta del mismo.