Las listas de espera de la sanidad pública mejoran. O al menos la mejoría es patente en lo que atañe a ser visitado por un especialista médico en cualquier consulta de los hospitales públicos de esta comunidad, acción asistencial para la que a finales de pasado mes de septiembre había que esperar, de promedio, 33 días. Esta demora era casi la mitad de las jornadas que había que esperar hace un año, en septiembre de 2016, cuando para ser visto por un médico especialista se tardaba una media de 57,53 días.

El número total de pacientes que aguardaban esta visita médica a finales del tercer trimestre del año ascendía a 37.202 personas, 8.618 (-18,8%) menos que los 45.820 pacientes que lo hacían a finales de septiembre de 2016.

Las cosas no marchan tan bien con la espera para ser operado, donde las rebajas tanto en tiempo medio para ser intervenido como en número total de personas pendientes de pasar por el quirófano no son tan significativas. Así, se ha pasado de 13.205 pacientes en esta tesitura a 12.693, 512 enfermos menos que, en términos relativos, suponen una casi inapreciable reducción del 3,88%.

Ochenta días para ser operado

Y en cuanto a las jornadas que hay que esperar para ser operado, se ha pasado de los 81,63 días que se aguardaba de media a finales del tercer trimestre del año pasado a los 79,92 días (-2,09%) que había que aguardar hace poco más de un mes. Ni dos días menos.

Por lo que respecta a pacientes del Servei de Salut que esperan más de dos meses para ser visitados por el especialista médico o más de 180 días para ser intervenidos en un quirófano por el cirujano, verdadero termómetro para la ya prometida reimplantación del decreto de garantía de demora (que establece esos márgenes para ser atendido en la sanidad pública y que, en caso de ser sobrepasados, obligaría a una derivación del paciente a otro recurso asistencial), a finales del mes de septiembre había 5.357 personas que llevaban más de dos meses esperando acudir a la consulta del especialista y, por tanto, tributarios de acogerse a este decreto derogado la pasada legislatura.

Esta cifra contrasta con los 14.870 enfermos que se encontraban en esa misma situación a finales del tercer trimestre del año pasado, un 63,97% más en términos porcentuales.

Y en este apartado nuevamente la espera quirúrgica sigue siendo la asignatura pendiente del Servei de Salut ya que el número de pacientes pendientes de ser operados durante más de 180 días apenas ha sufrido variación en este último año. Si a finales del tercer trimestre de 2016 había 878 personas en esa situación, doce meses después la cifra tan solo se había reducido en 31 pacientes (-3,53%) para sumar un total de 847 enfermos que aún podrían acogerse a la garantía de demora.

Evolución con altibajos

La evolución de los pacientes que podrían acogerse al decreto de garantía de demoradecreto de garantía de demora por esperar más de dos meses para ser visto por el especialista en lo que llevamos de año ha ido decreciendo con altibajos desde los 9.271 que podían hacerlo en el mes de enero hasta los 3.212 que se encontraban así a finales del pasado mes de junio, cifra hasta el momento más baja en este apartado hasta un nuevo repunte provocado por la menor actividad asistencial en los meses de julio, agosto y septiembre.

Por contra, la evolución anual de los pacientes que esperaban más de seis meses ser operados ha sido más irregular. Comenzó el año con 699 enfermos pendientes de pasar por el quirófano y tras un leve descenso en los meses de febrero y marzo, la cifra volvió a repuntar. Y el momento en el que hubo más pacientes susceptibles de acogerse al decreto de garantía fue a finales del pasado mes de agosto cuando había 1.034 enfermos esperando más de 180 días.

Nueve millones de euros

Pero lo que llama la atención es que la espera media para ser intervenido apenas ha variado a lo largo de este año, situándose en los nueve primeros meses del ejercicio en torno a los ochenta días con pocas variaciones. Y eso que el Servei de Salut ha presupuestado cerca de 9 millones de euros este año para pagar actividad asistencial extraordinaria (peonadas) para rebajar la espera.

Y, como se recordará, el director del Servei de Salut, Juli Fuster, siempre recalca que lo importante en las listas de espera es recortar la espera media, no el número de personas que lo hacen que, en su opinión, tan solo es síntoma de una mayor actividad asistencial.

Por ello, para el año entrante el presupuesto del IB-Salut contempla también el desembolso de una cantidad muy similar, 8,9 millones de euros, para sufragar la actividad asistencial extraordinaria que se haga en 2018.

Todos estos y más datos estaban colgados ayer en la página web del IB-Salut (www.ibsalut.es). Una publicación en el denominado portal de transparencia que acumula retrasos por los problemas de los sistemas informáticos sanitarios.