La diócesis mallorquina se vistió de gala para dar inicio al ministerio episcopal de monseñor Sebastià Taltavull, el obispo menoquín es el número 67 de la Iglesia isleña. El nuevo prelado de Mallorca realizó una homilía muy religiosa en su toma de posesión, pero dejando mensajes directos de cómo será su actividad pastoral al frente de la diócesis de Mallorca. Mandó una clara misiva a sus clérigos, recordándoles que quiere la unidad de la Iglesia de Mallorca y reconoció que tiene muchas sugerencias para acometer cambios en el Obispado. También reivindicó la voz de la Iglesia en la sociedad mallorquina, recordando que "no estamos hechos para callar".

Después de un año como administrador apostólico, el nuevo prelado conoce perfectamente que uno de los problemas de sus antecesores en el cargo de obispo de Mallorca ha sido la falta de unión de la comunidad religiosa. Por ello les emplazó a "estar unidos con Cristo y formando un solo cuerpo, este debe ser el distintivo que nos identifique en medio de nuestro pueblo".

No obstante, Taltavull se ha marcado un reto mucho más importante y difícil. Este no es otro que el de abrir y conectar a la sociedad mallorquina con la Iglesia: "Buscamos nuevos caminos, los que hoy debemos recorrer en nuestra tierra, para que Jesús y el Evangelio sean conocidos, vividos, celebrados, y testimoniados por todos nosotros. Nuestro servicio pastoral va dirigido a todos y todas sin exclusión y ello nos debe mantener siempre trabajando".

Al mismo tiempo, monseñor Taltavull reivindicó el papel de la Iglesia en la sociedad mallorquina y su voz en los temas esenciales que la atañen. "Pese a que en ciertos momentos se nos niegue la actuación pública, se nos relegue al silencio y nos afecte la indiferencia, sabemos que existimos para evangelizar y ello no lo podemos hacer si no salimos a la calle y si no hablamos con palabras claras y de ánimo a las comunidades parroquiales". El prelado quiso dejar patente que la Iglesia mallorquina "no está hecha para callar". "Si calláramos -continuó- iríamos contra el encargo de Jesús".

Taltavull también lanzó un llamamiento a todos los católicos de la isla para que salgan "a la calle a transmitir los valores cristianos en las parroquias pero también en las instituciones ciudadanas, especialmente las educativas y las que atienden a las capas más pobres".

Emoción y solemnidad

Más de 3.000 personas asistieron a la misa de acción de gracias por el nuevo obispo de Mallorca en la Seu, una ceremonia que combinó la emoción y la solemnidad. La presencia dels Blavets de Lluc con sus cánticos fue uno de los momentos más emotivos, junto a la entrega del báculo al nuevo prelado de Mallorca por parte del nuncio del Vaticano, Renzo Fratini. Era el momento en que monseñor Sebastià Taltavull era proclamado como el 67 obispo de Mallorca. La participación de la emblemática Escolanía de Lluc ha tenido un carácter simbólico muy especial, ya que el propio Taltavull ha encomendado su ministerio pastoral a la Mare de Déu de Lluc. Hoy está previsto que el nuevo obispo presida la misa dominical en el santuario.

La Eucaristía se inició con las palabras del decano del capítulo de la catedral, Teodor Suau, quien le recordó al nuevo prelado que ya conoce bien "nuestras complejidades, nuestros límites y los retos que deberemos afrontar a partir de ahora".

Los miembros del capitulo de la catedral, consultores, un diácono, un ermitaño, diferentes religiosos y dos familias presentaron obediencia simbólica al obispo. Después de la comunión, monseñor Taltavull dio la bendición mientras repicaban las campanas de la Seu.