Marian Ciprian, el supuesto sicario del Grupo Cursach, contratado para amenazar a uno de los testigos protegidos del caso, ha pedido esta mañana a la juez que le deje en libertad.

El acusado fue condenado a cumplir dos años y seis meses de cárcel por el juzgado y más tarde esta sentencia fue confirmada por la Audiencia. Sin embargo, el acusado ha recurrido ante el Tribunal Supremo, por lo que la sentencia aún no es firme. Debido a ello, a través de su abogado, y en una vista a puerta cerrada que ha presidido la magistrada Xisca Ramis, la defensa ha solicitado esta mañana que se decrete la libertad condicional del acusado. La fiscalía, a través de Juan Carrau, se ha opuesto a esta petición y ha reclamado a la juez que prolongue la prisión provisional. La acusación duda que el recurso ante el Supremo pueda tener algún efecto. La defensa, de nuevo, ha vuelto a poner en duda la credibilidad del testigo, un antiguo camarero de la discoteca Tito's, a pesar de que dos tribunales distintos han ratificado la veracidad de su denuncia.

Marian Ciprian fue un antiguo trabajador del Grupo Cursach. Se encargaba de la seguridad de la discoteca del Paseo Marítimo. Tras pasar varios años en su país, regresó a la isla, cuando estaba a punto de tener su primer hijo, días después del ingreso en prisión del empresario. Se dedicó, según señalaba la sentencia, a amedrentar al testigo protegido número 29, al que seguía y vigilaba por los alrededores de su domicilio, después de que el antiguo camarero ratificara ante el juez Penalva que, entre otras cosas, en la discoteca se organizaban orgías para policías locales, además de acusar a los directivos de dedicarse a la venta de drogas.