"En estos momentos hay 71.611 personas en Balears diagnosticadas de diabetes, el 6,5% de la población de las islas. Afortunadamente, el 42,5% de ellas la tienen bien controlada con cifras de hemoglobina glicosilada (analítica que le sirve al médico para determinar como ha sido el control de la glucosa de una persona con diabetes en los últimos tres meses) inferiores a siete. Y tan solo un 5% de estos pacientes no lo llevan tan bien y sus controles están por encima del nueve. Sobre ellos hay que poner el foco".

Con estos datos abría anoche la consellera de Salud, Patricia Gómez, un debate organizado en el club de este diario con motivo del día mundial de esta enfermedad que contó con una gran afluencia de público. Un coloquio divulgativo en el que la máxima responsable de la sanidad pública balear resaltó su apuesta por una atención más próxima que preconiza con un cambio de modelo sanitario que se centre más en la atención a la cronicidad ya que, recalcó, más de un tercio de los diabéticos tienen otros dos o tres factores de riesgo como pueden ser la hipertensión o enfermedades cardiovasculares.

Y antes de dar paso a otros contertulios se congratuló de la puesta en marcha de iniciativas como la del paciente activo en la que diabéticos veteranos informan a otros recién diagnosticados sobre la mejor manera de llevar este enfermedad que les acompañará el resto de su vida.

La recientemente galardonada como mejor investigadora joven del país, Dora Romaguera, explicó que sus investigaciones en curso apuntan claramente a que realizar una actividad física de manera regular es la mejor manera para prevenir la diabetes de tipo II (la que sobreviene en edades más tardías), una enfermedad que, reveló, en 2010 afectaba a 180 millones de personas y que, lejos de remitir, las previsiones apuntan a que en 2030 se hayan superado los 400 millones de diabéticos.

La inactividad, un riesgo

"La inactividad física aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tanto en personas con sobrepeso como en personas delgadas", advirtió la investigadora del grupo de Epidemiología Nutricional del Instituto de Investigación Sanitaria de Balears (IdISBa) antes de añadir que el ejercicio físico mejora tanto el control de la glucosa en sangre como de la absorción de la insulina y que la actividad física también reporta mayores beneficios a aquellos diabéticos que lo serán por factores genéticos.

Por ello, la investigadora hizo suyas las recomendaciones de la OMS y aconsejó caminar al menos treinta minutos al día y mantenerse activo el resto de la jornada con acciones como trasladarse en bicicleta, subir las escaleras andando o ocuparse activamente de un huerto, puso como ejemplo.

La joven investigadora dio paso al veterano cirujano cardiaco Oriol Bonnín que quiso dejar bien claro que pese a que su especialidad no es la diabetes sí que ha tenido sobre la mesa de operaciones a muchos diabéticos.

"Pese a que la gente la asocia con la diabetes, la glucosa no es la responsable de la enfermedad. La glucosa es igual a vida porque hace funcionar nuestro cerebro y nuestro organismo, aunque hay que vigilar que no se descontrole", subrayó.

"Hay más diabéticos ahora porque vivimos más y no hay tantos microbios que nos maten. Por eso ahora la prevención primaria es fundamental. Comer sano y hacer ejercicio para evitar desarrollar una enfermedad que se ha convertido en una epidemia porque afecta a todos los órganos y es una de las causas más importantes de mortalidad entre los enfermos cardiovasculares", alertó.

La diabetes y el tabaco, juntos, tienen un efecto terrible, dictaminó el cirujano, que detalló que un 40% de las personas que opera hoy en día tienen esta patología, una enfermedad que, añadió, silencia en algunos casos los episodios de infartos de tal manera que algunos diabéticos llegan al hospital sin saber que han sufrido uno. "La cirugía coronaria no cura la diabetes, pero alarga la vida del paciente", concluyó Bonnín.

Por último intervino Manuela de la Vega, presidenta de ALCER y la Asociación de Diabéticos de Balears (ADIBA), que resaltó que la diabetes tiene una cosa buena y una cosa mala y que en ambos casos es que no duele, señaló tras recordar que detrás de esta enfermedad "puñetera que te va royendo poco a poco por dentro" se ocultan la retinopatía diabética (que puede llegar a causar ceguera), cardiopatías, nefropatías que pueden abocar al paciente a la diálisis y neuropatías diabéticas que se traducen en una pérdida de riego en las extremidades que pueden desembocar en amputaciones. Por eso incidió en que lo más importante es educar a los enfermos sobre la mejor manera de abordar su enfermedad.