-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Desde Suecia lo ve más claro?"

-Sí, desde la distancia se ve diferente. En 2012 no era consciente de la locura del hormigón en España, porque no la veía a diario. Da rabia que se pidan esfuerzos a la población mientras se gasta el dinero en cosas inútiles, como aeropuertos vacíos o trenes de alta velocidad. En Suecia se comprueba que otra forma de hacer política es posible.

-Su libro retrata la penúltima burbuja inmobiliaria. Ya estamos en la siguiente.

-Es muy posible. Nos caímos al precipicio, nos levantamos y volvemos a incurrir en los mismos errores. Nadie ha hecho autocrítica de la burbuja inmobiliaria a nivel político, Montoro incluso negó que hubiera existido. Ahora bien, aunque se ha reactivado la construcción, es difícil que se alcancen las cotas bestiales de 2006.

-¿Los políticos de la actual burbuja también cobran?

-Supongo que sí, pero la crisis no solo fue corrupción. El principal problema es que la construcción no era un medio, sino un fin en sí misma. No importaba a qué se destinaría lo construido. Los políticos siguen hoy con la misma canción. A los no corruptos también les va bien que se construya, solo la gente puede decir que basta ya.

-¿Mallorca es uno de los ´no lugares´ de su libro?

-Es uno de ellos, pero no existe una sola comunidad autónoma donde el sistema no haya funcionado así. No se puede decir que en Castilla y León o en Cataluña se construía con sentido. En ningún sitio se planteaba para qué sirve una infraestructura.

-Es medio sueco, o sea, medio mallorquín.

-Es difícil. Con 21 años allí, no eres de ninguna parte en concreto, y de las dos a la vez. A cambio, esta situación te ofrece una gran perspectiva, te abre los ojos.

-¿En Suecia no hay burbujas?

-Sí, ahora mismo existe una burbuja inmobiliaria que viene de tiempo atrás. Los precios de las casas subieron y cuando llega la crisis de 2008, se mantienen estancados un tiempo y vuelven a aumentar. La diferencia está en que no se han construido infraestructuras absurdas. Esto también ocurre en Irlanda, donde el colapso se limita a la vivienda, sin grandes obras públicas.

-¿Le molesta posar para la foto de esta entrevista?

-No, muestro mi foto del Ecomuseu de Montuïri, sufragado por el Plan E. Ver un equipamiento público que no se utiliza te obliga a preguntarte por qué, te da pena.

-En el tren de alta velocidad no le sigo, soy fan.

-El AVE es fantástico, pero se ha de mirar qué cuesta y para qué se necesita. Pongo el símil del jamón 5 jotas. Es fenomenal en Navidad, pero en una excursión me conformo con algo más modesto. En España todo son 5 jotas, se ha construido con criterios políticos y no técnicos.

-¿Mallorca es la zona con más mamotretos de su maratón fotográfico?

-Es un poco injusto decirlo, porque estuve más tiempo en Mallorca. He recogido 234 proyectos y tenía otro centenar largo de localizados. Tenía que optimizar recursos.

-¿´Error de sistema´ significa Podemos?

-Es un juego de palabras informático para dar la idea de recomenzar. De Podemos hay cosas que me gustan y otras que no, pero un cambio es necesario. No hay que centrarse en lo que determinado político ha hecho respecto a otro. Todos coinciden en lo principal, incompetencia y mala planificación.

-¿Ha llegado a la conclusión de que España existe?

-España existe y tiene un problema de clases dirigentes, pero los gobernantes catalanes han seguido el mismo sistema de grandes proyectos.

-¿Ha buscado el ´glamour´ de la fealdad?

-Fotográficamente, mi objetivo es lograr fotos tan interesantes como sea posible, transmitir la sensación de vacío. El lenguaje visual te impacta aunque desconozcas el asunto. Te afecta la primera impresión, el texto lo intelectualiza. La estética de las fotos es una capa extra.

-El exceso de fotos dramáticas nos insensibiliza.

-Es mejor que haya un exceso a una carencia de fotos dramáticas. Prefiero miles de imágenes sobre lo ocurrido con los inmigrantes en Turquía y Grecia, a ninguna. Pese a la manipulación y el photoshop, la imagen da prueba de existencia. Si no lo ves, no está tan presente. Se había hablado de las torturas de Abu Ghraib, pero solo las fotografías obligaron a tomar medidas.

-¿Es usted un inmigrante en todas partes?

-Soy un inmigrante en Suecia, y allí he notado la sensación de serlo.

-También hay fotógrafos acosadores sexuales.

-Hago retratos, pero no con la intimidad de una modelo. Me parece bien que acabe el silencio. A Terry Richardson lo retiran ahora, pero lo suyo se sabía desde hace años. Ahora ha cristalizado.

-¿El fotoperiodista dispara antes de llamar a los bomberos?

-Me ha tocado cubrir sucesos y, con alguien en peligro, soy primero una persona y después un fotoperiodista.