Motores nuevos y más potentes, cascos semirígidos y escolta con GPS. Así han evolucionado los desplazamientos de inmigrantes que tratan de alcanzar la costa de Balears por mar de manera irregular. La policía tiene claro que ha habido un cambio de patrón. Las precarias pateras que salían del puerto argelino de Dellys han dado paso a embarcaciones más rápidas y sólidas. Detrás de esta nueva organización habría mafias que han invertido en la nueva infraestructura para recorrer los 265 kilómetros que separan Argelia de Mallorca en línea recta.

Estas mafias han equipado los barcos con motores de 40 caballos -puede haber dos, dependiendo de cuántas personas vayan a bordo- y les proporcionan escolta. Una o dos lanchas planeadoras con GPS acompañan a los inmigrantes hasta que están a unas veinte millas de Cabrera. En ese punto indican a los sin papeles cómo seguir camino hasta Mallorca y se dan la vuelta para no ser detectadas por el radar de la Guardia Civil. Estas lanchas, muy veloces, son las que suelen usar los narcotraficantes en el Estrecho.

Muchas de estas nuevas pateras están pintadas de la misma forma, por lo que los investigadores creen que hay al menos una mafia que organiza buena parte de estos viajes clandestinos y que se realizan casi siempre de madrugada.

Todo es nuevo. El motor de una de las últimas pateras interceptadas en Mallorca se había estrenado para ese viaje y todavía estaba protegido por la funda. Van cargadas con bidones de combustible y se manejan fácilmente. Dentro, los inmigrantes tienen espacio y llegan en buenas condiciones después de un viaje rápido y relativamente cómodo.

Los precios también se han disparado. En el antiguo sistema de cooperativas en las que cada uno de ellos ponía dinero para comprar y fletar una patera, aportaban unos 800 euros por cabeza. Ahora cada trayecto cuesta entre 1.500 y 2.000 euros, una pequeña fortuna para estos argelinos que sueñan con llegar a Mallorca y, por tanto, a Europa.

A los investigadores les ha sorprendido constatar que algunos de estos inmigrantes llevan bastante dinero encima. Uno de los últimos detenidos en Mallorca llevaba mil euros encima. En algunos casos llegan documentados, pero sin el visado que les permitiría hacer el viaje en avión como turistas. Son jóvenes y varones, algunos de ellos menores. No llegan mujeres embarazadas, a diferencia de los viajes que hacen los subsaharianos en otras partes del Mediterráneo para acceder a Europa.

La policía cree que este cambio explicaría el extraordinario incremento de sin papeles detenidos en las islas este año, 271 frente a los 26 de 2016. El número de pateras asciende a 24. En todo el año pasado solo se interceptaron tres.