En Balears se registra un número notable de casos de acoso sexual en el puesto de trabajo, pero las denuncias que se presentan por parte de las víctimas son muy pocas a causa de factores como el miedo, la falta de apoyo de los compañeros o el desconocimiento de las herramientas existentes para combatir este problema, según destaca la secretaria de Acción Sindical de CCOO en las islas, Eva Cerdeiriña

En un momento en el que el mundo del cine y el espectáculo estadounidense y de la política europea están en ebullición a causa de los casos de acoso sexual que se han conocido, no se oculta que este problema aparece también en los centros de trabajo de las islas, cuya estructura económica incluye sectores altamente feminizados (camareras de piso y limpieza, comercio o servicio doméstico) pero en los que el superior es muchas veces un hombre, lo que crea un contexto en el que este tipo de situaciones pueden ser más habituales.

Eva Cerdeiriña reconoce, sin embargo, que se trata de una cuestión de la que se tiene muy poca información. Un reciente estudio en el ámbito europeo concluye que un 55% de las mujeres han padecido casos de acoso sexual a lo largo de su vida, y que de éstas prácticamente un tercio han sido víctimas de un superior, de un compañero de trabajo o de un cliente. Según la representante de CCOO, estas cifras pueden ser aplicadas también en las islas.

Sin embargo, tanto Cerdeiriña como la directora del Institut Balear de la Dona (IBDona), Rosa Cursach, reconocen que las denuncias presentadas en las islas por este tipo de situaciones son mínimas. Como ejemplo, esta última señala que al IBDona solo llegan media docena de casos al año, y que las mujeres reciben información y asesoramiento para derivarlas a los tribunales.

Categorías en el acoso

Cerdeiriña indica que se reconocen tres categorías en el acoso sexual en el puesto de trabajo. La más leve consiste en los chistes de contenido sexual y los piropos reiterados o la insistencia a la hora de pedir una cita. Más graves se consideran las insinuaciones o preguntas sobre la vida sexual de la mujer, y ya en la categoría de muy graves aparecen los tocamientos, acorralar a la víctima o las presiones para mantener sexo con amenazas como el despido.

Estas situaciones distan de ser excepcionales en el archipiélago. ¿Por qué no se denuncian? El miedo y la inseguridad aparece como factores clave. La mujer teme que tomar medidas contra un superior puede acarrearle la pérdida del empleo (pese a las sentencias que declaran improcedentes o nulos estos despidos) o su marginación.

Porque la escasísima concienciación existente en esta materia hace que la víctima vaya a encontrar, previsiblemente, un escasísimo apoyo por parte de sus compañeros, que tampoco quiere tener problemas con los superiores. Es decir, la mujer va a tener muchas dificultades para encontrar a testigos que quieran respaldar su versión. Y se puede encontrar con que se le hace el vacío en el centro de trabajo al ser la que denunció a un superior.

Herramientas desconocidas

La representante sindical recordó que hay convenios sectoriales y de empresa que contemplan los protocolos a seguir a la hora de denunciar y frenar los casos de acoso sexual en el puesto de trabajo. El problema radica en que éstos son desconocidos por los trabajadores, o no se han desarrollado las medidas para su aplicación, especialmente en aquellos lugares en los que hay una escasa presencia sindical.

Además, se señala la escasa actuación que la Inspección de Trabajo mantiene en relación a estos temas, especialmente por las pocas denuncias existentes, pero también porque no se planifican controles en relación a esta materia.

Por todo ello, se destaca la importancia que tiene el impulsar la conciencia social sobre la gravedad que estas situaciones tienen. En este sentido, Rosa Cursach recuerda las iniciativas que se están adoptando actualmente en contra de la discriminación de la mujer, en la que el acoso sexual está incluido, con campañas para elevar esa concienciación, de ahí su esperanza de que paulatinamente se vaya produciendo un aumento en las denuncias.