Cataluña vive momentos intensos y frenéticos desde el jueves cuando el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont,CarlesPuigdemont amagó con convocar elecciones autonómicas. Esta acción encendió las alarmas entre el bloque independentista, que se concentró inmediatamente delante del Palau de la Generalitat para reclamar la declaración unilateral de independencia ante la intención del Gobierno de seguir aplicando el artículo 155 de la Constitución pese a la convocatoria de elecciones.

Después de un día lleno de incertidumbre, Puigdemont compareció para explicar que no habría elecciones autonómicas y que el Parlament votaría una resolución para contrarrestar el 155. Así, el viernes, el legislativo aprobó la declaración de independencia junto a toda una multitud de independentistas que habían salido a la calle a esperar nerviosos la proclamación de la República Catalana. Barcelona se llenó de un ambiente de júbilo secesionista que duró toda la noche. Jóvenes se concentraron en las calles para celebrar la independencia, sin preocuparse de la respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy. Ayer fue el primer día después de la declaración de la República Catalana, cuyo reconocimiento divide a los mallorquines que residen en Cataluña.

El estudiante de periodismo José Manuel Peña no la reconoce. "Estos tres últimos días en Cataluña han sido, más que un polvorín, una ruptura social entre aquellos que nos colocamos en un punto neutral entre ambos bandos", comenta el estudiante.

Con el futuro periodista coincide Caterina Sampol, coordinadora de innovación en empresas públicas, que opina que "la situación es crítica". Sampol, que cambió Mallorca por Barcelona hace muchos años, da la culpa a ·"los que gobiernan tanto en Cataluña como en España porque no saben dialogar". "Me siento triste, preocupada y nerviosa", explica. Sin embargo, su hijo, Guillem Castro, nacido ya en Cataluña, se muestra "tranquilo" y espera que "todo vaya bien y reconozcan la independencia o, al menos, dejen votar legalmente".

"Lo vivo como mallorquín"

El actor mallorquín Lluís Oliver explica que se vive un ambiente de "incertidumbre". Para Lluís, estos días están siendo un ""caos en la universidad" debido a las numerosas huelgas estudiantiles que tienen lugar desde el principio del curso en los centros, entre ellos, el Institut del Teatre, donde estudia. "Vivo el momento como mallorquín, no como catalán, pero entiendo a mis compañeros y me solidarizo con ellos, sobre todo desde la represión policial del 1 de octubre", explica. "Me parece bien lo que han conseguido, pero no, aún no reconozco la independencia", apunta. En esta línea, Peña dice que "como mallorquín" se siente "dolido al ver como una comunidad con tanta soberbia como Cataluña decide poner fin a una hermandad de siglos". "El problema se debe a un puñado de políticos incompetentes con ideas preconstitucionales", añade el estudiante haciendo referencia al Partido Popular.

El estudiante de ciencias políticas, Albert Aguilar, también acusa a los populares como culpables del conflicto. "La responsabilidad la tiene exclusivamente el gobierno de España", indica Aguilar. Para él, "la Generalitat y el Parlament estaban legitimados a declarar la independencia después de haber ganado las elecciones del 27 de septiembre y haber obtenido más de dos millones de votos por el 'Sí' el 1 de octubre". Además, el futuro politólogo también habla de Balears: "Harían bien los partidos baleares de dejar atrás su ambigüedad y empezar a trabajar para emprender el mismo camino que Cataluña". "Los ataques a Cataluña también lo son a nuestras islas, porque cuando se ataca al sistema educativo catalán se está atacando el sistema que defendimos en las huelgas educativas de 2013", concluye, recordando las 100.000 personas. que salieron a la calle.