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Entrevista

José Miguel Morales: "Está demostrado que la falta de enfermeras dispara la mortalidad en el sistema sanitario"

"Hay que implantar las decisiones compartidas y acabar con el rol en el que el médico decide y el paciente obedece"

El enfermero José Miguel Morales Asencio gesticula con vehemencia durante la entrevista concedida a este rotativo. Guillem bosch.

¿Qué es un Enfermero de Práctica Avanzada?

Es un profesional de enfermería que asume unas competencias mayores que las tradicionales de las enfermeras para cubrir nuevas necesidades de salud o escasez de recursos en entornos rurales. Te pondré un ejemplo fácil de comprender. Se demuestra que con cribados poblacionales se reduce la mortalidad por cáncer de colon en un treinta por ciento. Pero no hay suficientes profesionales para hacer los test de sangre en heces o las colonoscopias posteriores. Pues se trata de formar a enfermeras para que ayuden en esa tarea y un mayor número de personas se beneficien de estas detecciones precoces.

¿No se trata de una invasión de las competencias de los médicos?

No. Esta figura está ya muy desarrollada desde hace décadas en países anglosajones como el Reino Unido, Canadá o Estados Unidos, donde se implantó de forma muy reglada. Las profesionales debían tener un nivel de acreditación reconocido por el servicio de salud para el que trabajaban. Como un máster, por ejemplo.

¿Se trata de una especialidad enfermera?

No. En Andalucía llevamos cierta ventaja ya que desde el año 2002 implantamos la figura de la enfermera gestora de casos con un trabajo similar al que realiza una profesional de práctica avanzada.

¿Qué hace la enfermera gestora de casos?

Gestiona una atención más eficaz y racional de los pacientes que son grandes dependientes.

Defíname un paciente gran dependiente.

Una persona mayor, de entre 75 y 80 años, con varias patologías. Un paciente que es carne de urgencias y que previsiblemente fallecerá en este servicio dentro de cuatro o cinco años.

¿Y qué hace la enfermera gestora de casos con él?

Muchas cosas. Le puede reducir la medicación porque puede estar tomando hasta catorce fármacos recetados por tres especialistas diferentes y puede que algunos de ellos sean incompatibles entre sí. Puede evitar que se le hagan tres TACs prescritos por otros tantos profesionales. Puede visitar su domicilio y enviarle después a los servicios sociales para que le arreglen la bañera y se evite de esta manera que se caiga y se rompa la cadera. En definitiva, puede racionalizar la atención mediante la coordinación entre los servicios asistenciales.

¿Cuántas especialidades enfermeras hay en este país?

Seis. La enfermera familiar y comunitaria, las comadronas, la enfermera pediátrica, la geriátrica, la de salud laboral y la de salud mental. Para conseguir la especialidad tienes que tener el título de enfermera y hacer dos años de residencia.

¿Es equiparable la especialidad con la práctica avanzada?

No necesariamente. Hay muchas áreas muy especializadas en las que trabajan las enfermeras sin que el Ministerio de Sanidad haya reconocido la especialidad.

¿Cuántas enfermeras hay en la actualidad?

Unas trescientas mil en todo el país y se trata de una de las ratios más bajas de Europa.

¿Cuál es la ratio media?

Aproximadamente, te lo digo de memoria, entre 400 y 500 profesionales por cada cien mil habitantes. Muy lejos de las ratios de otros países como Noruega o Finlandia, con 1.300 enfermeras por cada cien mil personas.

¿Qué consecuencias provoca esta falta de enfermeras?

Está demostrado que la falta de enfermeras dispara la mortalidad en el sistema sanitario. En el caso de los hospitales, hay estudios que demuestran que por cada paciente que añades a una enfermera por encima del ratio considerado ideal, una enfermera por cada seis o siete pacientes, la mortalidad aumenta entre un 7% y un 8%. Y en el caso de unidades de cuidados intensivos, un 9%.

¿De dónde saca estas cifras?

De un estudio realizado sobre 400.000 personas en nueve países europeos, entre ellos España. Y el mismo patrón se reproduce en todos ellos, independientemente del modelo sanitario que tengan. Cuando sobrecargas a las enfermeras se dispara la mortalidad.

¿Cuáles son las ratios ideales?

En una hospitalización general la proporción ideal es de una enfermera por cada seis o siete pacientes. En un servicio crítico, de una por cada uno o dos pacientes, que más que un ratio es un seguro de vida. Por eso se tiene que producir un cambio de mentalidad en este país y dejar de considerar la contratación de enfermeras como un gasto y pasar a verlo como una inversión en seguridad. Un paciente mayor de 65 años con una insuficiencia cardiaca tiene un 30% más de posibilidades de sobrevivir si está a cargo de una enfermera de práctica avanzada.

Esta comunidad está a punto de aprobar un decreto que obligará a las enfermeras a acreditar un nivel de conocimiento del catalán para poder presentarse a las oposiciones, requisito que puede impedir concurrir a una plaza pública a unas 3.500 profesionales que llevan años trabajando en el IB-Salut con contratos temporales. ¿Qué opina?

¡Menuda pregunta con la que está cayendo! Pienso que cada región tiene el derecho y el deber de preservar sus signos identitarios como puede ser la lengua. Pero si la medida afecta a empleados que han estado trabajando durante años para el Servei de Salut sin ninguna queja, tendrás que crear mecanismos de transición. Si el conocimiento del catalán es un requisito, dales opciones a la gente. No se puede legislar a golpe de víscera.

La población envejece y lo hace con achaques. ¿Ha llegado el momento de cambiar un modelo sanitario centrado en los hospitales de agudos?

Sí, absolutamente. O lo cambiamos o la sociedad nos lo cambia. Este sistema fracasa y hay que resituar el centro del sistema sanitario en la Atención Primaria. La población, más que intervenciones puntuales sustentadas en las tecnologías más avanzadas, necesita cuidados. Y la principal proveedora de cuidados en el Sistema Nacional de Salud es la enfermera.

¿Cómo se puede humanizar la sanidad?

Dándole la importancia que tiene al paciente y a su estado anímico. Consiguiendo que sea una asignatura con el mismo peso que otras durante la formación de médicos y enfermeras. Estableciendo indicadores de evaluación de humanización en los diferentes servicios similares a los contratos-programa y, por último, implantando una toma de decisiones compartida. Darle al paciente la opción de aplicar sus valores y sus preferencias. Que se acabe el rol en el que el médico decide y el paciente obedece. Y se ha visto que actuar así aumenta la adherencia a los tratamientos.

¿Hay un buen traslado de la investigación a la práctica clínica?

El conocimiento que hay ahora en Ciencias de la Salud es galáctico, pero no se traslada adecuadamente a la práctica asistencial. Todavía hay médicos que actúan más conforme a su experiencia que a la evidencia científica. Por eso existe una corriente de desinversión sanitaria que preconiza dejar de hacer cosas de dudosa efectividad para hacer cosas efectivas.

Fue profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, ¿qué opina de la reciente destitución de su director, el mallorquín Joan Carles March?

Que ha sido un cese poco entendido por los profesionales de la Escuela y de fuera de ella porque era una figura con un liderazgo tremendo y de un trato humano envidiable que, como gestor, ha conseguido unos hitos tremendos.

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