Volver al 'cole' con 50 años. O con 70. O incluso con 80. Volver al 'cole' cuando uno ya está jubilado para enseñar a los niños y también para aprender con ellos y de ellos. ¿Y por qué no? Eso han hecho una treintena de voluntarios, de 50 años para arriba, en el marco del programa Compartir la Infancia (bautizado como Sachi, por su traducción al inglés).
Sachi es un proyecto impulsado por el Grupo de Investigación y Formación Educativa y Social ( GIFES) de la Universitat en el que participan 159 alumnos de Primaria de los colegios Rafal Nou; Escola Graduada y Els Tamarells. Los 'seniors', como los llama la investigadora principal del proyecto, Carmen Orte, hacen una sesión de una hora y media con los niños cada dos semanas, y no lo hacen de cualquier manera: llevan más de un año formándose; hay una programación de temas a tocar establecida desde el principio; y un trabajo de coordinación con los maestros de cada centro, que integran los contenidos curriculares en las sesiones.
¿El objetivo? A los mayores les ayuda a mantenerse activos, a seguir aprendiendo y a sentir que tienen "un rol en la sociedad". Socializan y también, en cierta manera, se 'rejuvenecen', solo por estar en contacto con los niños.
Así lo ha sentido por ejemplo Hugo Sennhauser, aunque él, a sus 70 años, con sus deportivas y sus pendientes en las orejas, está claro que ya se siente joven por dentro y por fuera. "Mi imagen les llama mucho la atención", dice riendo, "yo creo que favorece el acercamiento". A los niños les transmite además un importante mensaje: hay muchas maneras de envejecer. Hugo cree que el proyecto es un éxito porque los niños "se entregan" con ellos: están muy receptivos a aprender, a escuchar a debatir, a trabajar de forma cooperativa.
"Son sesiones de una hora y media, son largas, pero les pasan volando", confirma David Nicolás, director del colegio Els Tamarells, que subraya que pese a que se lo pasen bien, son horas de clase y se trabajan contenidos del currículo: "Hacen ejercicios, trabajan vocabulario, hacen debates, un mural...". David valora que los 'senior' tienen un perfil muy atractivo para los niños, a medio camino entre otro alumno más y un profesor: "Son conductores".
Dani y Nico, alumnos de 4º de Escola Graduada, ratifican que estas sesiones son"más divertidas" que las clases normales. ¿Lo que más les ha gustado? "Todo". Sus compañeras Ainoa, Mawa y Elena también se muestran muy contentas con este proyecto. Entre otras cosas, recuerdan el día que les enseñaron un reloj antiguo "que hacía ruido". También les mostraron fotos viejas. Se ríen al contar cuando todos cantaron "la canción en inglés". ¿Les enseñan los mayores inglés a ellos o son los niños los que enseñan inglés a los mayores? "Nosotros les enseñamos un poquito también", dicen las chicas. En lo que también llevan algo de ventaja algunos niños respecto a los 'senior' es en competencias digitales, y los más pequeños les enseñan algunas cosas también.
El nombre del programa 'Compartir infancias' es muy fiel al espíritu de las sesiones, porque en el aula ambas generaciones se cuentan la una a la otra su visión de la niñez desde distintos aspectos: su familia; sus ídolos; su escuela; sus juegos; su barrio y sus celebraciones. ¿Cómo eran entonces y cómo son ahora? Pequeños y grandes se cuentan sus historias y se conocen mejor.
En la edición de este programa se ha procurado además ligarlo al máximo con el barrio, dándole así una perspectiva comunitaria.
Los mayores tienen sesiones programadas hasta enero (son un total de ocho) y se lleva a cabo de forma coordinada con centros de Portugal; Escocia y Polonia.
Aquí en Balears y vistos los buenos resultados, Orte defiende la necesidad de institucionalizarlo y extenderlo a más centros; una idea que secunda el director general de Innovación y Comunidad Educativa, Jaume Ribas, que propone lanzar una convocatoria desde el Govern para ello. Ribas valora además que el proyecto contribuye a relacionar a los niños con los más mayores, con grupos de población, como los menores inmigrantes que viven lejos de sus abuelos, que pueden haberlo perdido.
